Las cifras no mienten: cada minuto, miles de personas pierden dinero, datos o incluso su identidad sin salir de casa. El enemigo no lleva pasamontañas ni fuerza puertas, se cuela por una notificación, un correo aparentemente inocente o una contraseña débil. El cibercrimen ha dejado de ser un concepto de películas para convertirse en un riesgo cotidiano, silencioso y, muchas veces, subestimado.
En 2024, el FBI reportó un récord alarmante: los ciberdelincuentes lograron robar más de 16.600 millones de dólares, un aumento del 33% en comparación con el año anterior. El informe anual del Internet Crime Complaint Center (IC3) reveló que se registraron 859,532 quejas, de las cuales más de 256,000 implicaron pérdidas reales. La media por víctima: 19,372 dólares. Pero lo más desgarrador es el impacto sobre los más vulnerables: los estadounidenses mayores de 60 años sufrieron especialmente, con más de 147,000 reportes y pérdidas que superan los 4,800 millones de dólares.
Récords que no quisiéramos romper: El auge imparable del cibercrimen según el FBI
“En 2024 rompimos un nuevo récord... pero no del tipo que quisiéramos,” comentó B. Chad Yarbrough, director de Operaciones Criminales y Cibernéticas del FBI. “Se reportaron 16.600 millones de dólares en pérdidas solo el año pasado. La mayoría fueron por fraudes, y el ransomware sigue siendo una de las amenazas más fuertes, sobre todo para infraestructuras críticas. De hecho, las quejas por este tipo de ataques aumentaron un 9% comparado con 2023.”
Yarbrough también explicó cómo ha cambiado el panorama desde que nació el Internet Crime Complaint Center (IC3): “Al principio, recibíamos unas 2.000 quejas al mes. Hoy en día, recibimos más de 2.000 cada día. Desde que comenzamos, ya hemos superado los 9 millones de reportes de actividades maliciosas.”
Solo en los últimos cinco años, el IC3 ha procesado alrededor de 4,2 millones de quejas, vinculadas a pérdidas que suman más de 50.500 millones de dólares. Eso significa un promedio de 836.000 reportes al año, y muchas víctimas que probablemente nunca imaginaron que serían parte de esa estadística.
Tendencias desde 2020 (FBI IC3)
Ahora, ojo con esto: todas las cifras que aparecen en el informe del IC3 están basadas únicamente en los casos que han sido reportados o que llegaron a conocimiento de las autoridades. O sea, solo vemos la punta del iceberg. Hay muchísimos incidentes que nunca se denuncian, ya sea por vergüenza, desconocimiento o simplemente porque la víctima ni se entera de que fue atacada.
Cuando se trata de ataques como el ransomware, por ejemplo, los números que aparecen en el informe solo incluyen los pagos de rescate que fueron reportados. Y eso es solo una fracción del costo real. Las empresas también pierden tiempo, productividad, equipos, archivos, y gastan un dineral en servicios externos para arreglar el desastre… pero nada de eso aparece reflejado.
De hecho, el mismo informe lo dice claro: “Estas cifras no incluyen pérdidas por tiempo, sueldos, archivos o equipos, ni los costos de servicios de recuperación contratados por las empresas”. Y para colmo, muchas veces las compañías ni siquiera informan cuánto perdieron, lo que hace que las cifras parezcan más bajas de lo que realmente son.
Como si fuera poco, el IC3 también advirtió que hay estafadores que están haciéndose pasar por agentes del propio IC3. Contactan a víctimas haciéndoles creer que pueden recuperar el dinero perdido, cuando en realidad están intentando estafarlas otra vez. Doble golpe.
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Conclusión
El cibercrimen está fuera de control. En 2024 se alcanzaron cifras históricas, con millones de personas y empresas afectadas solo en Estados Unidos. Y si miramos más allá de las fronteras, el panorama no mejora: ataques masivos a infraestructuras críticas, fugas de datos en empresas de todos los tamaños y estafas digitales que se reinventan cada día. Todo apunta a lo mismo: esto no va a frenar pronto.
Por eso, más que nunca, necesitamos tomarnos en serio la ciberseguridad. No se trata solo de instalar un antivirus o cambiar la contraseña de vez en cuando. Hablamos de crear una cultura digital segura, donde cada persona (y cada empresa) entienda que la protección online es tan importante como cerrar la puerta con llave al salir de casa.
Las empresas, en particular, tienen una responsabilidad enorme. No solo por los millones que pueden perder si caen en un ataque, sino por la confianza de sus clientes, el valor de sus datos y la continuidad de su operación. Invertir en seguridad digital, implementar monitoreo constante, formar a los equipos, tener protocolos claros... todo eso ya no es opcional, es parte del negocio.
Y no, la lucha contra el cibercrimen no es tarea exclusiva del FBI o de las agencias de seguridad. Nos toca a todos. Desde aprender a reconocer un correo sospechoso hasta enseñar a los más chicos a proteger su identidad en línea. La buena noticia es que no hace falta ser experto en tecnología para empezar: con un poco de educación, buenos hábitos y sentido común, se puede hacer una gran diferencia.
En TecnetOne, entendemos lo crítico que es esto. Por eso, ofrecemos soluciones de ciberseguridad adaptadas a las necesidades reales de cada organización: desde servicios de monitoreo 24/7, auditorías de vulnerabilidades, servicios de backups y simulacros de phishing, hasta programas de concientización para trabajadores. Nuestro objetivo es ayudarte a anticiparte a las amenazas, no solo reaccionar cuando ya es tarde. Si te preocupa la seguridad digital de tu empresa, estamos acá para ayudarte a tomar el control.