Por primera vez, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha aprobado y firmado un tratado internacional para combatir los ciberdelitos, una herramienta jurídica que busca unir a los países frente a un enemigo común: el crimen en línea.
La firma se realizó en Hanói, Vietnam, donde cerca de 60 naciones se comprometieron a reforzar la cooperación internacional frente a delitos como el ransomware, el fraude financiero, el phishing y la difusión no consentida de imágenes íntimas.
El documento, resultado de cinco años de negociaciones, representa un cambio de era: por primera vez, los países del mundo acuerdan un marco legal universal para investigar, prevenir y sancionar delitos digitales en un entorno que hasta ahora carecía de reglas comunes.
Un acuerdo global sin precedentes
El nuevo tratado de la ONU define y criminaliza una amplia gama de delitos cibernéticos, entre ellos:
- El acceso no autorizado a sistemas informáticos.
- El robo de datos personales y financieros.
- El tráfico ilícito en línea.
- El discurso de odio y la desinformación digital.
- La publicación no consentida de contenido íntimo.
Además, establece un mecanismo de cooperación internacional 24/7 para intercambiar pruebas electrónicas, coordinar investigaciones y asistir a los países con menos recursos tecnológicos.
Una de las innovaciones más destacadas es el reconocimiento, por primera vez, de la violación digital de la intimidad como delito internacional, un avance significativo para las víctimas de abuso en internet.
El tratado también incluye salvaguardas para proteger los derechos humanos y la privacidad, evitando que la lucha contra el ciberdelito se convierta en una excusa para la vigilancia indiscriminada. Entrará en vigor 90 días después de que 40 países lo ratifiquen.
Una respuesta al crecimiento del crimen digital
El impacto del ciberdelito en la economía mundial es cada vez más grave. Se estima que en 2025 las pérdidas globales por ataques informáticos superarán los 10.5 billones de dólares anuales.
Los ataques de ransomware, el fraude financiero, la suplantación de identidad y la extorsión digital se han vuelto problemas cotidianos para gobiernos, empresas y ciudadanos. En este contexto, la colaboración internacional se vuelve esencial.
Durante la ceremonia de firma, el Secretario General de la ONU, António Guterres, destacó que “ningún país, sin importar su nivel de desarrollo, debe quedar indefenso ante el ciberdelito”. Añadió que este tratado será “un instrumento jurídicamente vinculante para fortalecer la defensa colectiva y proteger la infraestructura digital global”.
También agradeció a Vietnam, anfitrión del evento, por su papel activo en la agenda de ciberseguridad global y su liderazgo en la promoción de una internet más segura.
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Reacciones y posturas internacionales
El tratado fue recibido con entusiasmo por muchos gobiernos y organismos internacionales. Delegaciones de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, América Latina y África participaron en la ceremonia, subrayando la importancia de este esfuerzo conjunto.
Para los países en desarrollo, el acuerdo representa una oportunidad para acceder a asistencia técnica, capacitación y tecnología de detección avanzada. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) será la encargada de coordinar la implementación, apoyar investigaciones y crear redes de contacto entre agencias nacionales.
Sin embargo, no todos los actores están de acuerdo con el texto. Algunas organizaciones de derechos humanos y empresas tecnológicas han expresado preocupaciones sobre la posible mala utilización del tratado.
Las voces críticas
El Cybersecurity Tech Accord, coalición que agrupa a compañías como Microsoft y Meta, advirtió que el tratado podría ser interpretado como un “instrumento de vigilancia” si los gobiernos no aplican controles transparentes.
Por su parte, Human Rights Watch y otros grupos señalaron que algunos países firmantes, incluido Vietnam, han sido criticados por restringir la libertad de expresión y realizar detenciones por disidencia en línea.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también pidió cautela, recordando que la lucha contra el ciberdelito no debe justificar violaciones a la privacidad o la censura digital.
Aun así, la ONU insiste en que el tratado contempla mecanismos de protección de derechos humanos, con auditorías periódicas y supervisión internacional. El reto será garantizar que esas cláusulas se apliquen de forma justa y uniforme.
Desafíos y próximos pasos
El mayor desafío del nuevo tratado será lograr un equilibrio entre seguridad y derechos humanos. Las leyes contra el ciberdelito deben proteger a las personas, no ponerlas en riesgo.
Para muchos países, especialmente los del Sur Global, el acuerdo ofrece una oportunidad de oro para modernizar su legislación, fortalecer sus capacidades técnicas y acceder a nuevas herramientas de cooperación judicial.
Entre los compromisos asumidos destacan:
- Crear unidades especializadas de ciberdelito.
- Implementar protocolos de intercambio de información en tiempo real.
- Promover la educación y la concientización digital para reducir el riesgo de ataques.
- Establecer acuerdos de asistencia mutua para responder ante incidentes internacionales.
Desde TecnetOne, creemos que este tipo de acuerdos son esenciales para crear un ecosistema digital más seguro, transparente y colaborativo. Sin embargo, su éxito dependerá de la voluntad política y la capacidad técnica de cada país.
Un tratado con doble filo
El carácter vinculante del tratado puede ser su mayor virtud… o su mayor riesgo. Si se aplica correctamente, puede convertirse en la columna vertebral de la ciberseguridad global, facilitando la cooperación en investigaciones y la persecución de criminales digitales.
Pero si se usa de forma abusiva, podría abrir la puerta a nuevas formas de vigilancia estatal o a la criminalización de la investigación legítima en seguridad informática.
Por eso, los expertos insisten en que la transparencia, la rendición de cuentas y la supervisión internacional serán claves en la aplicación de este marco legal.
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Un nuevo comienzo para la cooperación digital
El tratado de la ONU no es solo un documento legal: es una señal de que la comunidad internacional reconoce que el ciberespacio necesita reglas claras y cooperación real.
La ciberseguridad ya no es un problema técnico, sino un asunto geopolítico, económico y social.
Desde TecnetOne, vemos en este tratado una oportunidad para construir una red de confianza global, donde gobiernos, empresas y ciudadanos trabajen juntos para prevenir ataques, proteger datos y garantizar que internet siga siendo un espacio de libertad y desarrollo.
Conclusión: del papel a la acción
La firma del primer tratado global contra los ciberdelitos marca un antes y un después en la historia de la ciberseguridad. Pero su valor real dependerá de la implementación efectiva, la colaboración constante y el respeto por los derechos fundamentales.
El reto está servido: transformar esta declaración histórica en una protección tangible para millones de personas y organizaciones.
En TecnetOne, creemos que la seguridad digital no tiene fronteras.
