Si crees que los ciberataques patrocinados por Estados solo afectan a gobiernos o gigantes energéticos, esta historia te obliga a replantearlo. Amazon acaba de hacer pública una investigación que destapa una campaña cibernética sostenida durante casi cinco años, dirigida por el GRU ruso, enfocada en infraestructura crítica, energía y servicios en la nube. Y aunque suene lejano, la realidad es que muchas de las técnicas utilizadas son las mismas que hoy ponen en riesgo a empresas privadas, proveedores tecnológicos y organizaciones que dependen de la nube para operar.
El perímetro ya no está en tu oficina, está en tus firewalls, tus VPN, tus routers virtuales y tus servicios expuestos en la nube. Y ahí es exactamente donde este grupo decidió atacar.
Una campaña silenciosa, constante y muy bien pensada
El equipo de inteligencia de amenazas de Amazon confirmó que entre 2021 y 2025, un actor vinculado al GRU, conocido como APT44, pero también identificado como Sandworm, FROZENBARENTS, Seashell Blizzard o Voodoo Bear; llevó a cabo una operación prolongada contra organizaciones occidentales.
Los objetivos no fueron aleatorios:
- Empresas del sector energético
- Proveedores de infraestructura crítica en Norteamérica y Europa
- Organizaciones con infraestructura de red alojada en la nube, especialmente en AWS
Lo más preocupante no es solo quién atacó, sino cómo lo hizo.
El cambio clave: menos exploits, más mala configuración
Durante años se nos ha enseñado a temer los zero-days y las vulnerabilidades críticas recién descubiertas. Sin embargo, Amazon detectó algo distinto: con el tiempo, el GRU dejó de depender tanto de exploits complejos y se centró cada vez más en algo mucho más simple (y frecuente): dispositivos de red mal configurados.
Routers, gateways VPN, firewalls virtuales y appliances de red con interfaces de administración expuestas fueron el verdadero punto de entrada.
¿Por qué? Porque es más barato, más silencioso y menos riesgoso para el atacante.
En palabras simples: si tu infraestructura está mal configurada, ni siquiera necesitan hackearte, solo entrar.
Una cronología que debería preocuparte
Amazon documentó cómo fue evolucionando la campaña:
- 2021–2022: explotación de vulnerabilidades en WatchGuard Firebox y XTM y ataques a dispositivos de borde mal configurados.
- 2022–2023: fallos en Atlassian Confluence combinados con el mismo patrón de edge devices expuestos.
- 2024: explotación de Veeam y continuidad del abuso de configuraciones débiles.
- 2025: ataques casi exclusivos contra infraestructura de red mal configurada, sin depender de exploits nuevos.
La conclusión es clara: la higiene básica de seguridad falló más que la tecnología avanzada.
El verdadero objetivo: robar credenciales a gran escala
Una vez dentro de estos dispositivos de borde, el GRU no buscaba destruir nada de inmediato. Su objetivo era mucho más estratégico: capturar credenciales.
Según Amazon, los atacantes:
- Comprometían el dispositivo de red alojado en la nube.
- Activaban capacidades nativas de captura de tráfico.
- Interceptaban credenciales que viajaban por la red.
- Reutilizaban esas credenciales (credential replay) contra servicios corporativos.
- Intentaban moverse lateralmente y mantener persistencia.
Esto es especialmente peligroso porque no depende de malware en los endpoints. Puedes tener antivirus, EDR y políticas internas impecables y aun así perder credenciales si tu infraestructura de red está comprometida.
¿Por qué la nube entra en juego aquí?
Amazon confirmó que muchos de los dispositivos atacados estaban alojados en AWS, funcionando como routers virtuales, gateways o appliances de red para clientes.
El atacante establecía conexiones persistentes con instancias EC2 comprometidas, lo que permitía acceso interactivo y extracción continua de datos. No era un acceso puntual: era una presencia sostenida.
Esto rompe un mito común: migrar a la nube no te protege automáticamente. Si replicas malas prácticas de on-premise en la nube, solo cambias de ubicación el problema.
Energía, tecnología y telecomunicaciones: el patrón es claro
Las operaciones de reutilización de credenciales detectadas por Amazon apuntaron de forma consistente a:
- Empresas de energía
- Proveedores de tecnología y servicios cloud
- Operadores de telecomunicaciones
Y no solo a los operadores finales, sino también a proveedores y terceros con acceso a sus redes. Es decir, la cadena de suministro digital.
Aquí hay una lección incómoda: aunque tu empresa no sea “infraestructura crítica”, puedes ser la puerta de entrada.
Conoce más: Amazon Lex: Desarrollo de Chatbots
¿Un solo grupo? Probablemente no
Un dato adicional que no debes pasar por alto es que Amazon detectó superposición de infraestructura con otro grupo rastreado por Bitdefender como Curly COMrades, activo desde 2023 y alineado con intereses rusos.
Esto sugiere algo que en TecnetOne repetimos a menudo: los grandes actores no operan solos, trabajan en células especializadas. Un grupo entra, otro mantiene persistencia, otro extrae información. Es una operación industrial, no improvisada.
Qué deberías hacer hoy (no mañana)
Amazon ya notificó a los clientes afectados y bloqueó operaciones activas. Pero la pregunta importante es: ¿qué haces tú con esta información?
Desde TecnetOne, estas son acciones mínimas que deberías priorizar:
- Auditar todos tus dispositivos de red, físicos y virtuales, especialmente los expuestos a Internet.
- Verificar que no existan interfaces de administración abiertas sin controles estrictos.
- Implementar autenticación fuerte y deshabilitar accesos innecesarios.
- Monitorear tráfico inusual y conexiones persistentes sospechosas.
- Detectar intentos de reutilización de credenciales desde ubicaciones atípicas.
- Revisar configuraciones heredadas: muchas brechas vienen de “eso lleva años funcionando así”.
Este tipo de ataque no se frena con una sola herramienta, sino con disciplina operativa, visibilidad y monitoreo continuo.
La lección final: la configuración es seguridad
Este caso demuestra algo incómodo pero fundamental: la seguridad ya no falla por falta de tecnología, sino por exceso de descuido. El GRU no necesitó romper criptografía ni usar exploits imposibles. Le bastó con encontrar infraestructura mal configurada y esperar pacientemente.
Si dependes de la nube, necesitas tratar tus dispositivos de red como lo que son: activos críticos.
Porque el borde de tu red es también el frente de una guerra silenciosa. Y no estar preparado no te hace neutral, te hace vulnerable.


