En todo el mundo, las autoridades están pisando el acelerador para dar con los responsables de los ataques de ransomware. Están cerrando mercados en la dark web, desmantelando servicios que los ciberdelincuentes usan para mover su dinero (como mezcladores de criptomonedas), y arrestando a los operadores detrás de estos ataques. Al mismo tiempo, muchas empresas ya no se rinden tan fácilmente: cada vez son más las que deciden no pagar el rescate.
Todo esto ha hecho que el ransomware sea un negocio más riesgoso y menos rentable para los atacantes. Entonces, uno pensaría que los ataques están bajando, ¿cierto?
Bueno... no exactamente. La realidad es otra. De acuerdo con el informe The State of Cybersecurity: 2025 Trends, el 23% de las organizaciones a nivel mundial reportaron haber sufrido al menos un ataque de ransomware importante en 2024. Y lo más alarmante: la mediana de las demandas de rescate ahora es de 600.000 dólares, un 20% más que hace dos años.
Y por si fuera poco, los ciberdelincuentes están volviéndose más creativos. En lugar de rendirse, han empezado a usar tácticas más agresivas. El famoso modelo de “doble extorsión” (encriptar tus archivos y además robarlos para amenazarte con filtrarlos) ya es común. Incluso se está viendo cada vez más la “triple extorsión”.
Así que sí, los ataques siguen aumentando y el panorama es cada vez más complicado. ¿Y entonces? ¿Cómo pueden las empresas protegerse en un entorno que no deja de volverse más peligroso?
La clave está en contar con mejores herramientas de detección y respuesta. Es decir, soluciones que te ayuden a identificar un ataque de ransomware a tiempo y detenerlo antes de que cause daños mayores.
¿Cómo empiezan realmente los ataques de ransomware?
Durante mucho tiempo, las empresas han confiado demasiado en los firewalls, los sistemas de detección de intrusos y otras defensas tradicionales para protegerse del ransomware. La idea de mantener a los "malos" fuera suena lógica, pero en el mundo actual (lleno de entornos en la nube, aplicaciones que dependen de la identidad del usuario y redes híbridas) eso ya no es suficiente. Es como tratar de proteger tu casa solo con una cerradura en la puerta principal mientras todas las ventanas están abiertas.
Si una organización quiere estar realmente preparada contra el ransomware, primero tiene que entender cómo arrancan estos ataques. Saber por dónde entran los atacantes es el primer paso para evitar que lo hagan.
¿Por dónde se cuelan los atacantes?
Hoy en día, la gran mayoría de los ataques de ransomware empiezan de dos formas principales: exposición externa o error humano.
1. Exposición externa: Sistemas conectados sin protección
En más del 90% de los casos analizados recientemente, los atacantes entraron por algún sistema o servicio expuesto a internet. A veces ese acceso se dejó abierto sin querer, y otras veces fue por descuido o por falta de actualizaciones.
El acceso remoto, por ejemplo, sigue siendo uno de los puntos más vulnerables. De hecho, en muchos casos los atacantes lograron entrar gracias a conexiones remotas mal protegidas o mal configuradas. ¿Cómo? Aquí algunos ejemplos comunes:
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Ataques al Protocolo de Escritorio Remoto (RDP): si tienes un servidor accesible desde fuera, este es uno de los primeros objetivos.
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Comprometiendo Active Directory: la herramienta que gestiona usuarios y accesos en muchas organizaciones.
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Credenciales robadas o compradas: sí, hay mercados en la dark web donde se venden accesos ya comprometidos.
Por otro lado, también están los llamados exploits externos, donde los atacantes se aprovechan de una vulnerabilidad del sistema para colarse. Aunque los famosos ataques de “día cero” (aquellos que explotan vulnerabilidades desconocidas) suenan muy peligrosos, lo cierto es que son poco comunes. La gran mayoría de las veces, los atacantes usan fallas conocidas que simplemente no han sido parcheadas.
De hecho, más de un tercio de los ataques de ransomware recientes aprovecharon vulnerabilidades que ya tenían solución, pero que no fueron corregidas a tiempo. Esto significa que con un buen sistema de actualizaciones, muchos de estos ataques se podrían haber evitado.
2. Error humano: Un clic puede abrir la puerta
Aunque en menor cantidad, los errores cometidos por los propios usuarios siguen siendo responsables de una parte importante de los ataques. En más del 12% de los casos analizados en un informe reciente, un solo clic fue suficiente para comprometer toda una red.
Los ataques más comunes relacionados con la acción del usuario son:
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Phishing: correos que parecen legítimos pero que contienen enlaces o archivos maliciosos. Un clic equivocado puede terminar filtrando credenciales o instalando malware.
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Uso de contraseñas filtradas: a veces las credenciales de un usuario ya han sido expuestas en violaciones anteriores y siguen activas porque nadie las cambió.
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Descarga de software malicioso: ya sea por necesidad o por curiosidad, los usuarios a veces descargan programas que vienen con “regalito” incluido (malware).
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Engaños por ingeniería social: llamadas falsas de soporte técnico, mensajes urgentes o cualquier otro intento de manipulación emocional que busca hacer que el usuario actúe sin pensar.
¿Por qué todo esto importa?
Porque protegerte del ransomware también te ayuda a defenderte de otros ataques. Muchos de los puntos de entrada que usan los atacantes (como RDP mal protegido, software sin parches o phishing) también son comunes en otros tipos de ciberataques, como el compromiso del correo corporativo o la instalación de malware espía.
En resumen: el ransomware no empieza con una explosión, empieza con una puerta mal cerrada. Ya sea un sistema sin actualizar o un clic desafortunado, los atacantes están constantemente buscando esas pequeñas oportunidades para entrar.
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¿Cómo se propaga un ataque de ransomware una vez que entra?
Cuando los atacantes logran entrar a un sistema, no se quedan quietos esperando. Todo lo contrario: empiezan a moverse rápidamente dentro del entorno para encontrar más información, robar datos y causar el mayor daño posible. A esto se le llama movimiento lateral, y es una de las fases más peligrosas de un ataque de ransomware.
Básicamente, es cuando el atacante, ya dentro de la red, empieza a “pasearse” por diferentes equipos y sistemas, buscando acceso a áreas más críticas: servidores con información valiosa, bases de datos, backups, etc. Su objetivo es tener el control suficiente para cifrar archivos importantes o robar información sensible antes de lanzar el ataque final.
Y no hablamos de algo sencillo: estas técnicas requieren cierto nivel de habilidad. Los atacantes saben esquivar sistemas de seguridad, aprovechan cualquier debilidad y suelen actuar rápido para que no les detecten a tiempo.
Todo empieza con un solo equipo
En la mayoría de los casos, el ransomware entra a través de un único punto débil: un equipo comprometido, como el PC de un empleado o un servidor mal configurado que está expuesto a internet. Desde ahí, se conecta a lo que se llama un servidor de comando y control (C2), que es básicamente el “centro de operaciones” del atacante.
Una vez que esa conexión está hecha, el servidor C2 da instrucciones: cifrar ciertos archivos, moverse a otros sistemas o incluso borrar huellas. Y en ese momento, ya todo se complica mucho más.
Conoce más sobre: ¿Por qué el movimiento lateral es clave en los ataques de ransomware?
¿Cómo se ve un ataque de ransomware en la vida real?
A veces pensamos en los ciberataques como algo muy lejano o sacado de una película de hackers. Pero la verdad es que los ataques de ransomware son mucho más comunes de lo que parece, y cuando ocurren, siguen un patrón bastante claro.
Vamos a desglosarlo paso a paso para que veas cómo se puede desarrollar un ataque de ransomware típico, desde el primer clic hasta el caos total:
Paso 1: El correo trampa
Todo empieza con algo tan simple como un correo de phishing. El atacante envía un email que parece legítimo (puede hacerse pasar por un proveedor, una plataforma conocida o incluso un compañero de trabajo). El usuario cae en la trampa, hace clic en el enlace o abre el archivo adjunto... y sin saberlo, ejecuta el malware.
Paso 2: El malware llama a casa
Una vez que el malware se ejecuta, lo primero que hace es conectarse al servidor de comando y control (C2) del atacante. Es como si dijera: “Ya estoy dentro, ¿qué hago ahora?”. A partir de ahí, se copia en la memoria del sistema y empieza a ejecutar código malicioso desde allí, sin necesidad de instalar archivos visibles.
Paso 3: Se esconde y se queda
El malware quiere quedarse en el sistema el mayor tiempo posible sin ser detectado. Para eso, se camufla dentro de un servicio legítimo o se incrusta en el registro de Windows. Así, cada vez que el equipo se reinicia, el malware también se ejecuta, pero sin dejar rastro en el disco duro. A esto se le conoce como un ataque “fileless”, o sin archivos, y es especialmente difícil de detectar con soluciones de seguridad tradicionales.
Paso 4: Robando credenciales
Con el malware bien instalado, el siguiente paso es conseguir credenciales. El atacante analiza la memoria del sistema (específicamente el proceso LSASS) y extrae los hashes de las contraseñas que encuentra ahí.
Si tiene suerte (y muchas veces la tiene) puede encontrar el hash de una cuenta de administrador, como la de alguien del equipo de IT. Con eso, puede hacerse pasar por ese usuario dentro de la red.
Paso 5: Acceso total
Ahora que ya tiene el hash del administrador, el atacante lo usa para moverse dentro de la red usando una técnica llamada pass-the-hash. Pero eso no es todo. Va más allá y realiza un ataque llamado DCSync, que básicamente le permite hacerse pasar por un controlador de dominio (uno de los servidores clave que controla la seguridad de toda la red en entornos Microsoft).
¿El resultado? El atacante ahora tiene los hashes de todas las cuentas del dominio. Es decir, tiene acceso completo al entorno: todos los usuarios, todos los sistemas, todos los datos. En este punto, ya está todo listo para el golpe final: desplegar el ransomware y cifrar todos los archivos importantes de la empresa.
¿Por qué es importante entender esto?
Porque un ataque de ransomware no pasa de la nada. Es un proceso que puede desarrollarse en cuestión de horas o incluso días. Lo que empieza como un clic mal dado puede terminar en una organización paralizada, con sus datos secuestrados y bajo amenaza de filtración pública.
Y lo más importante: cada paso es una oportunidad para detectar y detener el ataque antes de que llegue al punto sin retorno.
¿Cómo detectar y detener un ataque de ransomware con TecnetProtect?
Cuando aparece el mensaje de rescate en todas las pantallas, ya es tarde. El ransomware ya hizo su trabajo: cifró archivos, comprometió sistemas, y ahora exige un pago. Pero no tiene por qué llegar a ese punto.
Con TecnetProtect, una solución de ciberseguridad impulsada por la tecnología de Acronis, es posible detectar, bloquear y contener un ataque antes de que cause daños irreversibles. A continuación te mostramos cómo funciona en cada etapa del ataque:
Etapa 1: Prevención y detección temprana
Acceso inicial: Aquí es donde todo comienza. La mayoría de los ataques de ransomware entran por phishing, fallas sin parches o configuraciones inseguras. TecnetProtect reduce este riesgo desde el principio con:
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Protección de endpoints con IA integrada: Detecta comportamientos sospechosos y bloquea malware antes de que se ejecute.
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Gestión automática de vulnerabilidades y parches: Gracias a la tecnología de Acronis, se actualizan sistemas críticos de forma proactiva para evitar explotaciones conocidas.
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Antiphishing avanzado: Analiza correos electrónicos y enlaces en tiempo real, evitando que los usuarios caigan en trampas.
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Control de aplicaciones: Solo se permite ejecutar software autorizado, reduciendo el riesgo de que malware se instale sin permiso.
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Capacitación del usuario + simulación de ataques: Permite entrenar al personal con escenarios de phishing y evaluar su respuesta.
Resultado: TecnetProtect detecta y bloquea la mayoría de los intentos de intrusión antes de que ingresen al sistema.
Etapa 2: Movimiento lateral
Una vez dentro, los atacantes intentan moverse silenciosamente por la red para ganar control total. Esto puede pasar en minutos u horas. Aquí es donde una detección rápida lo cambia todo.
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Detección basada en comportamiento: Identifica patrones anómalos como intentos de acceso fuera del horario normal, escaneo de red interno, etc.
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Alertas en tiempo real con clasificación automática: Filtra y prioriza amenazas, reduciendo la fatiga por falsas alarmas.
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Monitoreo continuo 24/7: Supervisa endpoints, usuarios, servidores, red y nube desde una consola central.
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Bloqueo automático de procesos maliciosos: Usa IA para detener actividades como cifrado masivo de archivos o inyecciones de memoria.
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Aislamiento instantáneo de dispositivos infectados: TecnetProtect puede desconectar un equipo de la red automáticamente para evitar que el ransomware se propague.
Resultado: TecnetProtect detecta movimientos sospechosos antes de que el atacante llegue a los datos críticos.
Etapa 3: Respuesta y contención
Si el atacante logra avanzar, aún es posible frenarlo, minimizar el daño y restaurar el entorno sin pagar un solo centavo de rescate.
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Backups seguros y automáticos: Genera copias de seguridad frecuentes y protegidas contra manipulaciones (backups inmutables).
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Restauración granular y rápida: Se pueden recuperar desde un solo archivo hasta un servidor completo en minutos.
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Análisis forense integrado: Identifica el origen del ataque y los sistemas afectados para una respuesta más precisa.
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Resiliencia frente a ransomware sin archivos: Detecta malware que se ejecuta directamente en la memoria, sin necesidad de archivos instalados.
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Soporte experto en respuesta a incidentes: Asistencia directa para cortar el ataque, bloquear accesos y restaurar operaciones.
Resultado: El ransomware es contenido rápidamente y los sistemas se recuperan sin necesidad de pagar.
Etapa 4: Recuperación y mejora continua
Detener el ataque es solo una parte del proceso. La verdadera protección implica aprender del incidente, reforzar debilidades y prevenir que vuelva a ocurrir.
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Análisis post-incidente automatizado: Ofrece un informe detallado con la línea de tiempo del ataque, vulnerabilidades explotadas y recomendaciones.
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Revisión de políticas y acceso: Identifica cuentas comprometidas o sobrepermisos que deben ser ajustados.
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Validación del backup: TecnetProtect verifica regularmente que los backups se puedan restaurar correctamente.
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Actualización automática de reglas y motores de detección: Basado en inteligencia global y amenazas emergentes.
Resultado: La organización sale fortalecida del incidente y más preparada para futuros ataques.
Conoce más sobre: Detección y Respuesta de Amenazas con TecnetProtect
¿Por qué elegir TecnetProtect?
TecnetProtect no es solo una solución de seguridad tradicional. Es una plataforma unificada con capacidades de:
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Antimalware proactivo
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EDR (detección y respuesta en endpoints)
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Protección de backups con IA
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Gestión de parches
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Análisis forense
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Seguridad en la nube y servidores
Todo en una sola herramienta fácil de usar, respaldada por la tecnología de Acronis y el soporte técnico experto de TecnetOne.
Conclusión
Detectar y detener un ataque de ransomware no es cuestión de suerte, es cuestión de estar preparado en cada etapa. Con TecnetProtect, puedes:
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Prevenir ataques antes de que empiecen
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Detectar actividad sospechosa en tiempo real
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Responder rápidamente y recuperar sistemas sin pagar rescates
No esperes a que aparezca una nota de rescate en tu pantalla. Protege tu empresa hoy con una solución diseñada para anticiparse a los atacantes, no solo reaccionar.