En la era actual, jóvenes de apenas 12 o 13 años pueden alcanzar el estrellato en el mundo de los eSports, con prodigios que inician su trayectoria a los 4 años. El gaming rejuvenece, pero trae consigo ciberpeligros que no discriminan por edad. Curiosamente, aunque los menores dedican menos tiempo a juegos online en comparación con los adultos, son un blanco prioritario para ciberatacantes, dado su acceso indirecto a las finanzas familiares.
Las promesas de "regalos" suelen ser atractivas
Un anzuelo común entre los jóvenes jugadores es la falsa promesa de moneda virtual gratis. Este gancho es especialmente efectivo porque los niños modernos suelen preferir invertir en compras dentro del juego más que en juguetes físicos. Ya sean V-bucks en Fortnite o Robux en Roblox, para destacar se necesitan créditos virtuales. Los menores intentan obtenerlos sin consultar a sus padres, lo que los expone a trampas cibernéticas.
Aprovechando el limitado conocimiento de los más jóvenes sobre ciberseguridad, los estafadores a menudo prescinden de tácticas sofisticadas. Por ejemplo, en un sitio fraudulento que ofrece generar gemas para Brawl Stars, se solicita a los jugadores responder a unas pocas preguntas para recibir gemas ilimitadas. Se les pide su nombre de usuario, dirección de email asociada a la cuenta de Supercell y, lo más peligroso, ¡su contraseña! Los operadores del sitio no justifican la necesidad de compartir estos detalles.
Una vez en posesión del correo electrónico, los atacantes pueden acceder al código de seguridad, tomar control de la cuenta de Supercell, cambiar la contraseña, y así, el jugador se queda sin su cuenta de correo y el progreso en Brawl Stars.
Otras tácticas fraudulentas son incluso más básicas. Nos topamos con un sitio que ofrecía trucos para Valorant, incluyendo una guía de cómo instalarlos. Entre los pasos estaba desactivar el antivirus para prevenir la detección del truco como un falso positivo. El truco viene en un archivo comprimido Winrar, que, al no poder ser escaneado por el antivirus antes de su extracción, debe ejecutarse con permisos de administrador, dando al malware acceso total al sistema. El daño potencial se magnifica si el equipo infectado contiene información sensible de la familia, incluyendo contraseñas e información bancaria.
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La mayoría de los adultos percibirían las señales de alarma en estas situaciones, pero los niños, a menudo ingenuos frente a las mañas de los ciberdelincuentes, no. Las estadísticas revelan que el malware disfrazado de juegos populares entre los niños, como Minecraft o Roblox, se descarga tres o cuatro veces más que aquel orientado a títulos para gamers más veteranos.
Con los gamers veteranos, el engaño se sofistica
Los jugadores con más recorrido requieren tácticas más elaboradas por parte de los estafadores. Para embaucar a adultos, los ciberestafadores crean páginas falsas que simulan ser de juegos populares entre adultos, como GTA Online. El fin es el mismo: engañar al usuario para obtener sus datos personales y de juego. A veces, se les tienta con la posibilidad de ganar premios como el último modelo de iPhone o una PlayStation 5, bajo el pretexto de realizar una simple verificación "No soy un robot" y pagar una "pequeña comisión". Inevitablemente, tras el pago, no solo desaparece la promesa del premio, sino que los datos de la tarjeta bancaria quedan expuestos.
Este año, hemos visto cómo los delincuentes han perfeccionado sus técnicas para replicar tiendas de juegos reconocidos como CS:GO, PUBG y Warface. Atraídas por skins a precios irrisorios, las víctimas proporcionan sus credenciales de Steam o incluso de redes sociales como Twitter o Facebook. Inmediatamente, los ciberdelincuentes se apoderan de las cuentas y comienzan a comercializar skins y otros objetos en el mercado negro.
Un engaño frecuente es la oferta de paquetes de juegos (por decenas o cientos) a precios irrisorios, que requieren un pago con tarjeta bancaria. Además, se prometen "Pases de batalla" gratuitos, pero con la condición de verificar información como la edad, para lo cual se solicitan detalles de tarjetas de crédito. No es difícil deducir que esta información personal podría terminar en venta en la dark web.
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¿Cómo blindarte ante estos ciberriesgos?
Tanto novatos como expertos en el gaming enfrentan peligros digitales similares. Es crucial conocer las estrategias para resguardarse:
- Opta por contraseñas robustas, una distinta para cada servicio. Si una cuenta cae en manos equivocadas, las demás permanecerán seguras. ¿Memoria frágil? Un administrador de contraseñas puede ser tu aliado.
- Incrementa la seguridad de tus cuentas activando la verificación en dos etapas.
- Prefiere tarjetas bancarias virtuales para tus compras en línea y carga solo el importe necesario al momento de pagar. Ingresar datos de tu tarjeta principal es arriesgado, ya que podrías vaciar tus fondos si caes en una trampa. Y ten en cuenta que es improbable que se ofrezcan paquetes de juegos legítimos por un precio irrisorio.
- Instala un antivirus reputado en tu PC, uno que sea compatible y eficaz con Steam y otras plataformas de juego.
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En la era digital actual, los videojuegos han evolucionado de ser una simple diversión a convertirse en plataformas sociales y competitivas que atraen a jugadores de todas las edades. Sin embargo, esta popularidad también ha atraído la atención de ciberdelincuentes que despliegan un arsenal de trucos y estafas, dirigidos tanto a jóvenes entusiastas como a veteranos experimentados. Desde ofertas tentadoras que resultan ser fraudes hasta tácticas de ingeniería social diseñadas para sustraer información personal y financiera, los riesgos son reales y siempre al acecho.
La clave para disfrutar de los videojuegos con seguridad reside en la prevención y en la educación sobre ciberseguridad. Implementar contraseñas fuertes y únicas, activar la autenticación de dos factores, usar tarjetas bancarias virtuales y contar con un antivirus sólido son prácticas esenciales para crear una barrera contra los ataques cibernéticos. Además, es importante cultivar un sentido crítico ante ofertas demasiado buenas para ser verdad, que pueden ocultar intenciones maliciosas.
Al final, la seguridad en el mundo virtual requiere de la misma diligencia y precaución que ejercemos en nuestra vida cotidiana. Al mantenernos informados y preparados, podemos asegurar que la única preocupación al jugar sea superar el siguiente nivel o lograr la máxima puntuación, y no la amenaza de caer en las garras de ciberestafadores. Con responsabilidad y conocimiento, el vasto universo de los videojuegos sigue siendo un espacio de aventura, amistad y competencia sana.