Uno de los mayores problemas que enfrentan los equipos de ciberseguridad no es la falta de herramientas, sino el exceso de alertas. Cada notificación requiere tiempo, personal y análisis, y según un estudio de Enterprise Strategy Group, en promedio se necesitan 11 horas de trabajo para investigar una sola alerta relacionada con identidades digitales.
Ese retraso es un lujo que no te puedes permitir: mientras los atacantes necesitan solo minutos para moverse lateralmente en tu infraestructura, tú pierdes casi medio día confirmando si una alerta es real o un falso positivo.
Identidades fragmentadas: un campo minado digital
Tus identidades, de usuarios, servicios, aplicaciones, nubes y hasta máquinas; están cada vez más fragmentadas entre múltiples plataformas. Bases de datos, servidores, Kubernetes, SaaS, accesos API... cada pieza suma puntos ciegos y brechas potenciales.
Ese ecosistema disperso, lleno de herramientas y proveedores distintos, no solo ralentiza la respuesta ante incidentes, sino que también amplía la superficie de ataque. Y para los ciberdelincuentes, este escenario es ideal.
Conoce más: ¿Qué es La Respuesta a Incidentes en Ciberseguridad?
El robo de credenciales: la vía rápida de los atacantes
Hoy no necesitan malware sofisticado para entrar: basta con robar o comprar credenciales válidas. Contraseñas, llaves API o tokens estáticos se han convertido en oro para suplantar identidades y moverse sin levantar sospechas.
De hecho, los estudios señalan que el robo de credenciales ya está detrás de 1 de cada 5 brechas de datos, y solo en 2025 ha aumentado un 160%.
Demasiadas herramientas, poca visibilidad
¿Te suena esto? Tu equipo usa al menos una decena de herramientas diferentes para rastrear problemas de identidad: una para la nube, otra para on-premise, otra para SaaS, más las heredadas, las que exige el seguro y las que piden tus clientes.
El resultado: inconsistencia, cuentas huérfanas, privilegios mal gestionados y poca capacidad de auditoría. Todo ello abre puertas a brechas graves y sanciones regulatorias.
La identidad como prioridad en ciberseguridad
La buena noticia es que las organizaciones empiezan a reaccionar. Un 91% ya coloca la seguridad de identidades como una de sus cinco principales prioridades, y un 87% planea aumentar el presupuesto destinado a este ámbito.
La clave no es añadir más capas de complejidad, sino adoptar modelos unificados de identidad criptográfica y accesos just-in-time. Esto reduce la superficie de ataque y te permite responder más rápido a preguntas críticas como:
- ¿Quién accedió a la base de datos X y con qué permisos?
- ¿Es este comportamiento normal para ese usuario o máquina?
- ¿Qué hizo exactamente esa identidad en una sesión completa?
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El reto de las identidades no humanas
La llegada de la IA generativa y los agentes autónomos complica aún más el panorama. Hoy ya no gestionas solo usuarios humanos: también tienes que controlar identidades de máquinas, bots y servicios de IA que acceden a tus sistemas.
Según un estudio de Okta, un 78% de líderes de seguridad ve estas identidades no humanas como su mayor preocupación, por encima incluso de la gestión de ciclo de vida de usuarios o la visibilidad de red.
La recomendación es clara: fomentar una colaboración más estrecha entre quienes lideran proyectos de IA y los equipos de seguridad, para innovar sin abrir la puerta a nuevos riesgos.
Conclusión: no se trata de cantidad, sino de claridad
En TecnetOne sabemos que no puedes detener la avalancha de alertas, pero sí puedes reducir la complejidad y cerrar puntos ciegos. El futuro de la ciberseguridad pasa por consolidar identidades, automatizar accesos temporales y usar la inteligencia para distinguir lo legítimo de lo sospechoso.
Porque cada minuto cuenta: mientras más rápido detectes y actúes, menos espacio tendrán los atacantes para moverse en tu red.