La inteligencia artificial ha revolucionado la forma en la que trabajamos, estudiamos y nos comunicamos. Y herramientas como ChatGPT se han convertido en parte del día a día para millones de personas. Pero cuidado: aunque puede ayudarte a redactar, organizar ideas, crear imágenes o responder preguntas, no significa que sea buena idea usarla para todo.
En TecnetOne queremos ayudarte a comprender qué riesgos corres si confías demasiado en un chatbot como este. Por eso, aquí te contamos 10 usos de ChatGPT que deberías evitar, explicando por qué pueden ponerte en peligro y qué alternativas más seguras tienes.
Crear arte con prompts sin entender sus límites
Seguramente ya has visto cómo mucha gente pide a la IA que genere imágenes al estilo de un artista famoso o convierta una foto en una ilustración fantástica. Es divertido, pero también tiene riesgos:
- Privacidad: si subes tu cara o la de alguien más, esa imagen podría terminar usándose para entrenar modelos sin tu permiso.
- Propiedad intelectual: el hecho de que generes una imagen con un prompt no significa que seas dueño de esa obra. Otros pueden reutilizarla libremente.
- Calidad dudosa: muchas veces las imágenes generadas muestran errores o “alucinaciones” obvias.
Si quieres experimentar con el arte digital, hazlo con precaución y no uses fotos personales ni información sensible.
Usarlo como médico digital
¿Te duele algo y buscas respuestas rápidas? Tal vez te hayas tentado a preguntarle a ChatGPT por tus síntomas. Error.
Este tipo de herramientas puede darte información general sobre enfermedades, pero no está diseñada para diagnosticar ni recetar tratamientos. Automedicarte basándote en lo que diga un chatbot puede ser muy peligroso.
Lo correcto es usar la IA como un apoyo para informarte, pero consultar siempre con un médico real antes de tomar cualquier decisión de salud.
Tratarlo como un psicólogo
Muchos usuarios han empezado a contarle sus problemas emocionales a ChatGPT, como si fuera un terapeuta. Aunque pueda responder con frases de apoyo, recuerda algo clave:
- No tiene empatía real.
- No entiende tu lenguaje corporal ni tu tono emocional.
- Puede “alucinar” respuestas que no son útiles o incluso dañinas.
En casos de ansiedad, depresión o crisis emocionales, un profesional de la salud mental es insustituible. La IA puede acompañarte, pero no cuidarte.
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Dejarle que tome decisiones importantes por ti
Quizá alguna vez le pediste ayuda para decidir entre varias opciones: qué carrera estudiar, cómo resolver un problema personal o incluso cómo reaccionar en una emergencia.
El problema es que, aunque ChatGPT puede organizarte información o darte ejemplos, las decisiones críticas requieren tu propio pensamiento. Si delegas todo en la IA, dejas de ejercitar tu juicio y te arriesgas a depender de algo que no entiende tu contexto personal.
Usarlo como asesor financiero
ChatGPT puede ayudarte a armar tablas de Excel, presupuestos básicos o planes de ahorro simples. Pero no debes confiar en él para tomar decisiones financieras complejas como inversiones, declaraciones fiscales o estrategias de negocio.
No tiene acceso a tu situación real, tus ingresos ni a la legislación de tu país. Y un error en este ámbito puede costarte mucho más caro de lo que imaginas.
Compartir datos personales
Este es uno de los errores más comunes y graves. Mucha gente confía tanto en el chatbot que le cuenta detalles privados: nombre completo, dirección, teléfono, incluso contraseñas o información laboral.
Recuerda que la información que introduces puede ser utilizada para entrenar modelos de IA. Y aunque existan políticas de privacidad, el riesgo de filtración o mal uso siempre está presente.
En resumen: trata a ChatGPT como si fuera público. Nunca compartas nada que no publicarías en internet.
Pedirle cosas ilegales o de piratería
Algunos usuarios intentan engañar a la IA para que les dé acceso a contenido pirata, como series, películas o programas de pago. Además de ser ilegal, muchas veces terminas en webs falsas que instalan malware en tu dispositivo.
La IA no está para ayudarte a piratear. Si lo intentas, el riesgo no es solo legal: también puedes comprometer tu seguridad digital.
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Usarlo para hacer trampa en estudios o trabajos
Es tentador: le pasas un enunciado de matemáticas, física o química y obtienes una respuesta lista para entregar. O le pides un ensayo y tienes el documento en segundos.
El problema es que:
- Pierdes la oportunidad de aprender.
- Las respuestas pueden contener errores.
- Puedes ser acusado de plagio o falta de ética académica.
Lo mejor es usar la IA como apoyo para entender un tema, pero no como sustituto de tu esfuerzo.
Pedirle noticias actuales
Aunque pueda sonar raro, ChatGPT no siempre tiene acceso a la información más reciente. Puede confundirse o dar datos desactualizados si le preguntas por el clima, una noticia del día o una cotización en tiempo real.
Para esos casos, lo más seguro es acudir a fuentes confiables y actualizadas, como medios de comunicación oficiales o servicios especializados.
Generar contratos o documentos legales
Algunos usuarios confían tanto que llegan a pedirle a ChatGPT que redacte contratos, testamentos o acuerdos legales. Esto es un gran error.
Un contrato mal hecho puede tener vacíos legales, y un testamento sin validez oficial puede generar problemas graves a futuro. Estos documentos requieren la supervisión de abogados especializados.
La IA puede ayudarte a entender el lenguaje legal o a preparar un borrador, pero nunca debe reemplazar el trabajo de un profesional.
Conclusión
ChatGPT es una herramienta poderosa y versátil, pero no es infalible. Si lo usas de forma indiscriminada puedes poner en riesgo tu privacidad, tu seguridad, tu salud y hasta tus finanzas.
En TecnetOne creemos que la clave está en el equilibrio: aprovecha la IA para agilizar tareas y obtener ideas, pero no la conviertas en tu única fuente de verdad ni en tu consejero personal para todo.
La inteligencia artificial es un gran aliado, siempre y cuando sepas dónde están sus límites.