Vivimos en una era donde la información es el nuevo oro. A diario, empresas y personas manejan datos que, en malas manos, pueden provocar enormes pérdidas financieras, dañar la reputación o, en casos extremos, comprometer la seguridad personal. Aquí es donde entra en juego un concepto clave: seguridad de la información.
Si aún no te has preguntado qué es la seguridad de la información o por qué es tan importante para cualquier organización, es hora de que lo hagas. Y no, no es solo un término para los "técnicos" o los equipos de TI. Es algo que nos afecta a todos, tanto en lo personal como en lo profesional.
La seguridad de la información es un conjunto de prácticas y estrategias diseñadas para proteger la información contra accesos no autorizados, alteraciones o pérdidas. Pero no se trata solo de poner contraseñas fuertes o instalar un antivirus (aunque eso ayuda). Va mucho más allá. Es un enfoque integral que tiene en cuenta el ciclo de vida de la información y abarca una serie de medidas de seguridad que protegen los datos desde el momento en que se crean hasta que se eliminan.
Imagina que la información de tu empresa es una caja fuerte llena de objetos valiosos: registros financieros, bases de datos con información de clientes, propiedad intelectual y mucho más. Sin las medidas de seguridad adecuadas, cualquiera podría echar mano de esa caja fuerte y llevarse lo que le interese. Y nadie quiere eso, ¿verdad?
La norma ISO 27001 es una guía que ayuda a las empresas a gestionar la seguridad de la información, con el objetivo de mejorar continuamente sus sistemas y asegurar la protección de sus activos de información.
Para hacerlo bien, es fundamental tener en cuenta tres pilares básicos: confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información. Recientemente, también se ha agregado un cuarto pilar: la autenticación. Vamos a ver de qué trata cada uno.
Este pilar se enfoca en que la información se mantenga tal como fue creada, sin alteraciones o manipulaciones no autorizadas. Dicho de otra forma, los datos deben llegar intactos y sin cambios. Para asegurar esta integridad, se utilizan protocolos de encriptación y otras técnicas preventivas que garantizan que la transmisión de los datos se realice en un entorno seguro.
La confidencialidad trata de que solo las personas o entidades autorizadas puedan acceder a la información. Es como tener un candado en tus datos, que solo unos pocos pueden abrir. De esta manera, se previene la divulgación de información sensible. Es esencial mantener esta confidencialidad en todo momento, para evitar que la seguridad de la información se vea comprometida.
La disponibilidad asegura que la información esté accesible para quienes la necesitan, siempre que estén autorizados a acceder. Aquí hay un equilibrio importante: limitar el acceso puede ser positivo desde el punto de vista de la seguridad, pero demasiado control también puede frenar las operaciones. Por eso, es clave que la información esté disponible sin que esto genere interrupciones en los servicios.
Aunque este concepto puede formar parte de la integridad o la disponibilidad, la autenticación ha ganado tanta relevancia que se considera como un pilar aparte. Su función principal es asegurarse de que la identidad de quien intenta acceder a la información sea verificada correctamente. Esto garantiza que solo las personas adecuadas puedan acceder a los datos, añadiendo una capa extra de seguridad.
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Para gestionar bien la seguridad de la información, es esencial saber que las organizaciones manejan diferentes tipos de datos, y cada uno requiere un nivel de protección distinto. Aquí te explicamos los tres principales:
Esta es la información más sensible, como datos personales de la empresa o información crítica de negocio. Debe ser tratada con mucho cuidado, siguiendo siempre las normativas legales vigentes. Básicamente, hablamos de cosas que no deberían estar al alcance de cualquiera.
Es importante implementar controles estrictos para que solo las personas autorizadas puedan acceder. Si necesitas mover esta información fuera de la empresa en formato digital, como cuando la llevas en un USB o la envías por correo electrónico, asegúrate de que esté cifrada para evitar que caiga en manos equivocadas.
Este tipo de información es la que se utiliza dentro de la empresa, como el directorio de trabajadores, políticas internas o documentos que todo el equipo necesita consultar. Aunque no es tan sensible como la información confidencial, aún debe estar etiquetada correctamente y solo debe compartirse con personas dentro de la organización.
Si alguna vez se va a compartir con terceros, esto debe estar autorizado por la empresa. En resumen, no es para que cualquiera la tenga, pero el personal interno debería poder acceder fácilmente cuando la necesite.
Este tipo de información es de acceso libre, como los materiales de marketing o lo que está en el sitio web de la empresa. Como no contiene datos sensibles, no requiere ningún tipo de protección especial. Piensa en folletos o contenido de redes sociales: cosas que están hechas para ser vistas por todos.
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¿Por qué deberías preocuparte por la seguridad de la información en tu organización? La respuesta es sencilla: los datos son uno de los activos más valiosos de cualquier empresa. Protegerlos no solo asegura el funcionamiento continuo del negocio, sino que también protege la reputación de la organización.
La creciente conciencia sobre los riesgos ha hecho que las empresas necesiten realizar análisis de riesgos más exhaustivos y aplicar controles de seguridad efectivos. Normativas como la Regulación General de Protección de Datos (GDPR) en Europa buscan estandarizar estas medidas para proteger mejor la información personal y empresarial.
Una mala gestión de la seguridad puede causar serios problemas, como:
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Para proteger los datos de tu empresa, puedes implementar varias acciones clave:
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La seguridad de la información no es solo responsabilidad del equipo de TI. Todos, desde el CEO hasta el último trabajador, juegan un papel crucial en la protección de los datos de una organización. Y aunque a menudo se pasa por alto, proteger la información es igual de importante que proteger cualquier otro activo clave de la empresa. La importancia de la seguridad de la información en la organización no puede subestimarse, ya que sin una protección adecuada, los datos se convierten en un blanco fácil para los atacantes.
Así que la próxima vez que recibas un correo electrónico sospechoso o dudes sobre compartir datos importantes, pregúntate: ¿Estoy tomando las medidas adecuadas para proteger esta información?