La industria cervecera japonesa enfrenta una nueva crisis digital. El grupo de ransomware Qilin se atribuyó el ciberataque contra Asahi, una de las empresas de bebidas más grandes del mundo, confirmando no solo la interrupción de operaciones sino también el robo de información confidencial.
El incidente ha puesto en alerta al sector manufacturero global, ya que el ataque demuestra cómo los grupos de ransomware combinan técnicas avanzadas de extorsión con estrategias cada vez más agresivas para presionar a las víctimas.
El 29 de septiembre de 2025, Asahi Breweries, el mayor fabricante de cerveza de Japón, detuvo las operaciones en seis de sus plantas debido a un ciberataque que afectó los sistemas internos.
Pocos días después, el 3 de octubre, la empresa confirmó que se trató de un ataque de ransomware, un tipo de malware que bloquea los sistemas o roba información para exigir un rescate.
Hasta ese momento, ningún grupo había asumido la autoría. Sin embargo, esta semana, Qilin publicó el nombre de Asahi en su sitio de filtraciones, alegando haber robado más de 27 GB de datos, equivalentes a 9.300 archivos, entre documentos financieros, contratos, identificaciones de empleados y reportes internos.
Ransomware Qilin anuncia Asahi (Fuente: BleepingComputer)
Para respaldar sus afirmaciones, los atacantes publicaron 29 imágenes como “prueba de vida” de la información sustraída. En ellas se aprecian:
El grupo también aseguró que el incidente provocará pérdidas de hasta 335 millones de dólares, debido a la paralización de la producción de 30 etiquetas diferentes en las plantas afectadas.
Asahi, que cuenta con más de 30.000 empleados y una producción anual de 100 millones de hectolitros, genera ingresos superiores a 20.000 millones de dólares al año.
La magnitud del ataque representa, por tanto, un golpe directo al corazón de su infraestructura productiva.
Qilin ransomware surgió en 2023 y rápidamente se consolidó como una de las bandas más activas del panorama internacional.
Se trata de un grupo de cibercriminales multiplaforma, capaz de atacar tanto sistemas Windows como Linux, y que en el pasado ha sido vinculado a Scattered Spider y, más recientemente, a operadores de Corea del Norte.
Entre sus víctimas figuran grandes corporaciones y entidades públicas como Nissan, Inotiv, Lee Enterprises, hospitales del Servicio Nacional de Salud (NHS) en Londres y la automotriz Yangfeng.
El grupo es conocido por explotar vulnerabilidades críticas en dispositivos de red, robar credenciales y perfeccionar constantemente su cifrador para evadir las defensas tradicionales.
Su método habitual consiste en robar primero los datos y luego cifrar los sistemas, lo que les permite extorsionar a las víctimas bajo amenaza de publicar la información si no pagan el rescate.
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De acuerdo con los reportes de seguridad, Qilin habría intentado negociar un pago de rescate con Asahi, pero ante la negativa de la empresa, decidió hacer pública la filtración.
Esta práctica se ha vuelto común entre los grupos de ransomware modernos, que operan bajo el modelo de “doble extorsión”: primero bloquean los sistemas, y luego amenazan con exponer la información sensible si no reciben dinero.
La filtración en el sitio de Qilin incluyó no solo documentos empresariales, sino también evidencia de proyectos en curso, reportes financieros y datos de empleados, un tipo de exposición que puede derivar en daños reputacionales y sanciones legales.
El ataque obligó a Asahi a interrumpir la producción en seis plantas y suspender temporalmente varios de sus procesos de distribución.
Uno de los productos más afectados fue su cerveza insignia, Asahi Super Dry, cuya producción estuvo detenida durante varios días.
No obstante, la empresa informó que ha logrado reanudar parcialmente las operaciones gracias a la implementación de un sistema manual temporal de pedidos, lo que permitió retomar la fabricación de su producto principal.
Se espera que las líneas de producción restantes vuelvan a operar el 15 de octubre, aunque la empresa reconoció que los procesos todavía no han sido completamente restaurados.
Debido a las pérdidas ocasionadas por el ataque, Asahi pospuso el lanzamiento de varios productos nuevos que estaban previstos para octubre de 2025.
El incidente de Asahi es una nueva evidencia de que el ransomware sigue siendo una de las mayores amenazas para las grandes empresas, especialmente aquellas con operaciones industriales.
En TecnetOne hemos observado un crecimiento acelerado de los ataques dirigidos a cadenas de producción, un sector históricamente más vulnerable por su dependencia de sistemas heredados (legacy) y redes industriales conectadas a internet.
Los atacantes saben que cada minuto de inactividad representa millones en pérdidas, lo que aumenta la presión para que las víctimas paguen el rescate.
Además, el ransomware actual no solo busca dinero: muchos grupos también persiguen objetivos geopolíticos o de espionaje industrial, utilizando la filtración de datos como un medio de desestabilización o ventaja competitiva.
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Este ataque deja varias lecciones clave para las organizaciones que dependen de infraestructuras críticas:
Para reducir el riesgo de caer en ataques como el sufrido por Asahi, nuestros especialistas en ciberseguridad recomiendan:
La experiencia demuestra que una estrategia de defensa en profundidad, que combine tecnología, procesos y cultura de seguridad, es la mejor protección frente al ransomware.
El caso de Asahi confirma que ninguna empresa está exenta de ser objetivo de un ataque de ransomware, sin importar su tamaño o sector.
Grupos como Qilin actúan con precisión, rapidez y motivaciones múltiples: económicas, políticas o estratégicas.
En TecnetOne, creemos que la clave para enfrentar esta nueva era de amenazas es anticiparse, fortalecer los sistemas y construir una cultura de ciberseguridad integral.