Las tecnologías de pago han experimentado una revolución significativa. Una de las innovaciones más destacadas es la tecnología de pago NFC (Near Field Communication), que permite a los consumidores realizar transacciones financieras con solo tocar un dispositivo o tarjeta a un lector. A medida que estas transacciones se vuelven cada vez más comunes, surge una pregunta crucial: ¿son seguros los pagos NFC? En este artículo, exploraremos el mundo de los pagos NFC y desmitificaremos algunos de los mitos en torno a su seguridad.
La tecnología NFC, derivada de la identificación por radiofrecuencia (RFID), se consolidó como estándar de pago en la segunda mitad de la década de 2010. Esta innovación permitió un uso más conveniente de las tarjetas con chip, ya que reemplazó la necesidad de insertarlas en terminales de pago y cajeros automáticos por la simple acción de tocar un dispositivo de pago compatible con NFC.
¿Qué se considera un dispositivo de pago? Además de las tarjetas sin contacto, los teléfonos ahora también desempeñan esta función a través de servicios como Apple Pay o Google Pay. Estos servicios, una vez que se han cargado los datos de la tarjeta, permiten a los usuarios utilizar sus teléfonos para efectuar pagos de manera sencilla.
El proceso de funcionamiento de los pagos NFC es similar al de otras tecnologías de comunicación inalámbrica, como Bluetooth, ya que se basa en ondas de radio para activar y verificar la información transmitida. Los datos son luego decodificados por una antena. En el contexto de un pago NFC, el terminal recibe información del teléfono, la procesa y la aprueba para completar la transacción.
Debido a su corto alcance, NFC no es adecuado para transferencias de datos de gran tamaño. A diferencia de tecnologías como Wi-Fi o Bluetooth, su velocidad es más limitada y requiere que los dos dispositivos que se comunican estén en proximidad cercana para funcionar correctamente.
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Dado que su principal finalidad es facilitar transacciones sin contacto, es natural preguntarse si NFC es completamente seguro. La respuesta es un tanto matizada. En comparación con otros métodos de comunicación inalámbrica, es significativamente más difícil de interceptar debido a la proximidad necesaria para su funcionamiento, pero esto no lo exime por completo de posibles ciberataques.
Uno de los tipos de ataques más comunes en el ámbito de la comunicación inalámbrica son los conocidos como ataques "man-in-the-middle" (MITM). Para que estos ataques sean efectivos, se requiere la presencia de una herramienta o entidad (como un dispositivo, un sitio web falso o correos electrónicos) que intercepte la comunicación entre dos dispositivos o usuarios, y luego descifre y transmita los datos necesarios al atacante. Este es precisamente uno de los motivos por los cuales el uso de redes Wi-Fi públicas puede ser riesgoso; no se necesita mucho esfuerzo para configurar un punto de acceso falso con el mismo nombre que una empresa o una ciudad, y dado que las personas tienden a utilizarlos, un atacante puede fácilmente comprometer la comunicación de los dispositivos conectados a estos puntos de acceso falsos.
¿Puede NFC ser vulnerable a ataques MITM? En cierto modo, sí. Aunque técnicamente existe esta amenaza, no es tan factible por varias razones. En primer lugar, para "interceptar" la comunicación NFC, un lector debe estar muy cerca de la tarjeta o el teléfono para poder acceder a los datos necesarios. En segundo lugar, el hacker también necesita contar con herramientas especializadas para llevar a cabo esta tarea. En realidad, sería mucho más sencillo robar directamente el teléfono o la tarjeta.
Es cierto que los terminales de pago con NFC podrían ser potencialmente vulnerables, pero a diferencia del robo tradicional de tarjetas, la comunicación NFC está protegida mediante cifrado y tokenización. Esto significa que resulta extremadamente difícil duplicar una tarjeta, ya que su información se encuentra oculta.
No obstante, es importante no subestimar la posibilidad de que un oportunista intente "interferir" para obtener los datos de tu tarjeta. Además, dado que existen ataques inalámbricos relacionados con las llaves de automóviles (que utilizan una tecnología RFID similar a NFC), tanto las tarjetas de crédito como los teléfonos móviles aún pueden correr ciertos riesgos en determinadas circunstancias.
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La seguridad es una preocupación fundamental cuando se trata de cualquier forma de transacción financiera. En el caso de los pagos NFC, existen varias capas de seguridad que hacen que esta tecnología sea confiable:
Encriptación de datos: Cuando realizas un pago NFC, los datos se transmiten de forma segura entre tu dispositivo y el lector a través de una conexión encriptada. Esto significa que los hackers tendrían que superar una barrera de seguridad significativa para acceder a la información de tu tarjeta.
Autenticación: Para realizar un pago NFC, generalmente se requiere autenticación, como el escaneo de una huella digital o el ingreso de un código PIN. Esto garantiza que solo el propietario autorizado pueda realizar transacciones.
Tokenización: En lugar de transmitir tu número de tarjeta real, los sistemas de pago NFC utilizan tokens, que son códigos únicos para cada transacción. Esto reduce significativamente el riesgo de fraude, ya que incluso si un hacker intercepta el token, no podrá utilizarlo en otras transacciones.
Proximidad física requerida: Una de las ventajas clave de la tecnología NFC es que requiere proximidad física. Esto significa que un atacante tendría que estar muy cerca de ti para intentar robar información, lo que hace que los ataques sean mucho más difíciles de llevar a cabo en comparación con las técnicas de piratería a larga distancia.
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Como mencionamos previamente, la tecnología NFC también está disponible en los teléfonos móviles. ¿Pero son realmente más seguros? En realidad, sí lo son. Esto se debe a que servicios como Apple Pay y Google Pay requieren una capa adicional de seguridad, como un PIN, huella digital, escaneo facial u otro método de autenticación disponible en su dispositivo móvil. Además, estos servicios de pago solo funcionan cuando están habilitados, lo que reduce considerablemente las posibilidades de que alguien realice un pago en tu nombre. Además, el uso de Apple o Google Pay no transmite los detalles de su cuenta, y en caso de pérdida o robo de su dispositivo, es relativamente sencillo desactivar estos servicios de forma remota.
En cuanto a los relojes inteligentes, si bien son convenientes en muchos aspectos, habilitar pagos a través de ellos puede plantear ciertas preocupaciones. Esto se debe principalmente a la falta de autenticación adicional más allá de un PIN de corta longitud necesario para desbloquear el reloj. Se asume que el simple hecho de llevar el reloj en la muñeca del propietario es suficiente como medida de autenticación. Sin embargo, dado que los relojes pueden ser objeto de robos y, a menudo, están protegidos por un PIN de solo cuatro dígitos, este método de autenticación no siempre es lo suficientemente seguro para las transacciones.
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Para concluir este artículo con un enfoque más positivo, aquí tienes algunas formas de incrementar la seguridad de tus pagos sin contacto:
Prueba los bloqueadores RFID: Estos son tarjetas o billeteras pequeñas que crean una barrera entre tu tarjeta y el entorno exterior, reduciendo el riesgo de posibles intentos de robo de tus datos.
Establece límites de pago bajos: Puedes configurar límites máximos de gastos en tus pagos sin contacto a través de tu banco o la configuración de tu dispositivo, lo que limitará la cantidad que puedes gastar en estas transacciones.
Utiliza pagos móviles: A pesar de algunas limitaciones, las aplicaciones de pagos móviles siguen siendo una opción más segura que las tarjetas sin contacto, gracias a los requisitos de autenticación adicionales que te solicitan.
Utiliza efectivo: Si te preocupa la seguridad de tus transacciones, llevar efectivo es una opción que eliminará el riesgo de fraude electrónico.
Evita los relojes inteligentes: Debido a sus limitaciones de seguridad, es recomendable no habilitar los pagos en relojes inteligentes si buscas una mayor protección en tus transacciones.
Obtén una tarjeta de viaje recargable: Si estás preocupado por la seguridad de los pagos sin contacto al viajar, considera obtener una tarjeta de viaje recargable en lugar de utilizar tu propia tarjeta de crédito o teléfono móvil para comprar boletos u otros servicios.
Estas son solo algunas medidas que puedes tomar para aumentar la seguridad en tus pagos sin contacto. Si bien ninguna solución de seguridad es infalible, seguir estos consejos puede reducir significativamente el riesgo de ser víctima de fraude.