El ransomware se ha convertido en uno de los mayores dolores de cabeza para empresas y usuarios. Lo más preocupante es que, en muchos casos, los ciberdelincuentes ni siquiera necesitan ser unos genios del hacking para colarse en una red. Con que encuentren un puerto mal protegido o abierto de más, ya tienen la puerta perfecta para entrar y empezar a hacer de las suyas.
¿La clave para evitarlo? Saber qué puertos están en la mira de los atacantes y mantenerlos bajo control. Porque sí, al igual que cierras la puerta de tu casa por seguridad, hay ciertos puertos de tu red que también necesitan vigilancia. Y considerando que en cualquier dispositivo hay 65.536 puertos virtuales disponibles, es importante saber cuáles son los favoritos del ransomware. Aquí te lo contamos todo: qué puertos debes monitorear, por qué son tan críticos y cómo evitar que se conviertan en una entrada fácil para los ciberdelincuentes.
Un puerto de red es un punto de comunicación a través del cual los dispositivos dentro de una red pueden enviar y recibir datos. Cada vez que tu computadora accede a un sitio web, descarga un archivo o se conecta a un servicio en línea, utiliza puertos para establecer una comunicación.
Los puertos funcionan como puertas de entrada y salida de información, y están asociados a servicios o protocolos específicos. Por ejemplo:
El problema es que los ciberdelincuentes aprovechan puertos abiertos o mal configurados para introducir malware, como ransomware, en los sistemas vulnerables. Por ello, es crucial monitorear los puertos más sensibles para detectar cualquier actividad sospechosa y bloquear posibles intentos de ataque.
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Los ciberdelincuentes buscan continuamente puertas traseras o vulnerabilidades para infiltrarse en los sistemas. Los puertos abiertos representan un punto de acceso directo a una red. Si un puerto no está bien protegido, puede ser aprovechado por un atacante para:
En los ataques de ransomware, los ciberdelincuentes suelen buscar puertos que permitan conexiones remotas o transferencia de archivos, ya que estos son los más propensos a ser explotados si no están protegidos adecuadamente. A continuación, veremos los puertos más críticos que debes monitorear para prevenir ataques de ransomware.
El puerto 3389, utilizado por el Protocolo de Escritorio Remoto (RDP), es uno de los principales objetivos de los ataques de ransomware. El RDP permite a los usuarios conectarse a computadoras de forma remota, lo que lo convierte en una herramienta muy útil para administradores de sistemas y trabajadores remotos. Sin embargo, también es uno de los puertos más atacados por los ciberdelincuentes.
El puerto 445 es utilizado por el Protocolo SMB (Server Message Block), que permite el intercambio de archivos y recursos como impresoras dentro de una red. Este puerto ha sido explotado en ataques de ransomware muy conocidos, como WannaCry y NotPetya.
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El puerto 21 se utiliza para el protocolo FTP, que permite la transferencia de archivos entre dispositivos. El puerto 22, por su parte, es utilizado por SFTP, una versión segura de FTP que utiliza SSH (Secure Shell).
El puerto 25 es utilizado por el protocolo SMTP para enviar correos electrónicos. Los atacantes pueden usar este puerto para enviar correos electrónicos maliciosos con archivos adjuntos infectados con ransomware.
Los puertos 137, 138 y 139 están relacionados con el protocolo NetBIOS, que permite compartir archivos e impresoras en una red local. Aunque este protocolo es útil, también puede ser explotado para propagar ransomware dentro de la red.
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Ahora que conoces los principales puertos vulnerables, aquí tienes algunas recomendaciones adicionales para proteger tu red:
Monitorear los puertos críticos es clave para prevenir ataques de ransomware. Puertos como el 3389 (RDP), 445 (SMB) y 21/22 (FTP/SFTP) son los favoritos de los ciberdelincuentes, así que asegúrate de tenerlos protegidos con firewalls, autenticación multifactor (MFA) y actualizaciones constantes. Pero no basta con cerrar puertas: también es importante monitorear tu red en tiempo real para detectar cualquier actividad sospechosa antes de que sea tarde.
El monitoreo de red es como tener cámaras de seguridad digitales. Las herramientas de detección de intrusiones (IDS) te ayudan a identificar intentos de acceso no autorizados y frenar ataques antes de que los delincuentes se apoderen de tus datos. Proteger tus puertos y vigilar tu red puede marcar la diferencia entre una red segura y una empresa paralizada por ransomware.