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Importancia de cambiar regularmente tus contraseñas

Escrito por Adriana Aguilar | Jan 20, 2024 7:30:00 PM

En relación a las contraseñas, hay un concepto que ha evolucionado significativamente, y se refiere al período en el que debemos cambiar nuestras contraseñas. Anteriormente, se solía recomendar hacerlo cada tres meses, pero esta idea ha experimentado un cambio importante en la actualidad.

En la actualidad, las contraseñas son el método de seguridad más utilizado por los usuarios para proteger sus cuentas. Si esta información cae en manos equivocadas, corremos el riesgo de perder el control sobre nuestras redes sociales, cuentas bancarias, correos electrónicos y otros servicios. Por lo tanto, las recomendaciones de los expertos en ciberseguridad ya no se centran en establecer un período de tiempo específico para cambiar la contraseña, sino en mejorar la robustez de la contraseña en sí misma.

 

¿Por qué es crucial cambiar las contraseñas regularmente?

 

  1. Protección contra Hackeos y Brechas de Seguridad: El cambio regular de contraseñas es esencial para proteger tus cuentas de posibles hackeos. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las técnicas utilizadas por los ciberdelincuentes para acceder a datos personales y financieros.

  2. Prevención del Acceso no Autorizado: Aunque una contraseña sea inicialmente segura, con el tiempo puede volverse vulnerable. Cambiar las contraseñas periódicamente ayuda a prevenir el acceso no autorizado a tus cuentas, especialmente si has iniciado sesión en dispositivos compartidos o públicos.

  3. Limitar el Daño en Caso de Fugas de Datos: En el caso de que se produzca una fuga de datos, tener una contraseña reciente puede limitar el daño, ya que los datos robados pueden quedar obsoletos rápidamente.

 

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¿Por qué es importante tener contraseñas seguras?

 

 

Las contraseñas son la primera barrera de defensa contra los ciberdelincuentes, que pueden intentar acceder a nuestras cuentas para robar nuestra información, suplantar nuestra identidad, realizar operaciones fraudulentas o difundir contenido malicioso. Por eso, es fundamental que nuestras contraseñas sean lo más seguras posible, es decir, que cumplan con las siguientes características:

 

  1. Largas: Deben tener al menos 8 caracteres, aunque lo ideal es que sean de 12 o más.

  2. Únicas: No debemos usar la misma contraseña para diferentes cuentas, ya que si una se ve comprometida, las demás también estarán en peligro.

  3. Aleatorias: No debemos usar datos personales, como nombres, fechas, números de teléfono o direcciones, que puedan ser fácilmente adivinados o encontrados en internet. Tampoco debemos usar palabras comunes, secuencias numéricas o patrones de teclado, como “password”, “123456” o “qwerty”.

  4. Complejas: Debemos combinar letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales, como símbolos o signos de puntuación, para aumentar la dificultad de descifrarlas.

  5. Memorables: Debemos ser capaces de recordar nuestras contraseñas sin tener que apuntarlas o almacenarlas en lugares inseguros, como el navegador, el móvil o el correo electrónico.

 

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¿Cada cuánto se recomienda cambiar las contraseñas?

 

Antes se solía recomendar cambiar las contraseñas cada tres meses, pero esta práctica ha quedado obsoleta, ya que puede tener efectos contraproducentes. Por un lado, puede provocar que los usuarios elijan contraseñas más simples o que hagan cambios mínimos, como añadir o quitar un número o una letra, lo que reduce la seguridad de las mismas. Por otro lado, puede generar fatiga y confusión, ya que los usuarios tendrán que recordar constantemente sus nuevas contraseñas o recurrir a métodos de recuperación que pueden ser vulnerados.

Actualmente, los expertos en ciberseguridad coinciden en que no es necesario cambiar las contraseñas con una frecuencia determinada, siempre y cuando se cumplan las condiciones de seguridad mencionadas anteriormente. Sin embargo, hay algunas situaciones en las que sí se aconseja modificar las claves, como por ejemplo:

 

  • Cuando se sospecha o se confirma que una cuenta ha sido hackeada o expuesta en una filtración de datos.
  • Cuando se comparte una contraseña con otra persona, aunque sea de confianza, y se deja de hacerlo.
  • Cuando se usa una contraseña en un dispositivo o una red pública o no segura, como un ordenador compartido, una wifi abierta o un cajero automático.
  • Cuando se recibe una notificación o una alerta de seguridad por parte del proveedor del servicio, como el banco o la red social.

 

En estos casos, se debe cambiar la contraseña lo antes posible y asegurarse de que no se repite en otras cuentas.

 

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¿Cómo cambiar las contraseñas de forma fácil y efectiva?

 

Cambiar las contraseñas de forma manual puede ser un proceso tedioso y complicado, sobre todo si tenemos muchas cuentas y usamos contraseñas diferentes para cada una. Por eso, existen algunas herramientas y consejos que pueden facilitarnos la tarea y mejorar nuestra seguridad, como por ejemplo:

 

  1. Usar un gestor de contraseñas: Se trata de una aplicación o un servicio que almacena y gestiona nuestras contraseñas de forma segura, encriptada y sincronizada. Además, nos permite generar contraseñas aleatorias y fuertes, y cambiarlas automáticamente cuando sea necesario. Algunos ejemplos de gestores de contraseñas son LastPass, 1Password o Bitwarden.

  2. Usar la verificación en dos pasos: Se trata de un método de seguridad que añade una capa extra de protección a nuestras cuentas, ya que requiere que introduzcamos un código o un dato adicional, además de la contraseña, para acceder a ellas. El código o el dato puede enviarse por SMS, por correo electrónico, por una llamada telefónica o por una aplicación específica, como Google Authenticator o Microsoft Authenticator.

  3. Usar las opciones de recuperación: Se trata de los medios que nos permiten restablecer nuestras contraseñas en caso de olvido o pérdida. Estas opciones pueden ser una dirección de correo electrónico alternativa, un número de teléfono móvil o una pregunta de seguridad. Es importante que mantengamos estas opciones actualizadas y que no las compartamos con nadie.

 

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Conclusión

 

Las contraseñas son un elemento clave para proteger nuestra seguridad y privacidad online, por lo que debemos elegirlas y gestionarlas con cuidado. No es necesario cambiarlas con una frecuencia fija, pero sí cuando haya algún indicio o riesgo de que hayan sido comprometidas. Para crear y cambiar contraseñas seguras, podemos usar herramientas como los gestores de contraseñas, la verificación en dos pasos y las opciones de recuperación. Así, podremos disfrutar de nuestros servicios online, como la app del banco o las redes sociales, con mayor tranquilidad y confianza.