¿Sabías que cada vez que navegas por internet dejas una huella digital única? Ya sea al buscar algo en Google, visitar una web, subir un archivo o interactuar en redes sociales, estás compartiendo mucha más información de la que parece.
Y aunque pueda parecer algo inofensivo o incluso irrelevante, esa información se ha convertido en un recurso muy valioso (sobre todo para los ciberdelincuentes). Una de las técnicas más utilizadas para recolectar esos datos es el fingerprinting.
Esta técnica permite identificar tu dispositivo con gran precisión, sin necesidad de usar cookies ni pedir permisos visibles. Se usa tanto para proteger como para atacar: desde detectar fraudes hasta personalizar ataques dirigidos.
Por eso, en TecnetOne te contamos qué es el fingerprinting, cómo impacta tu privacidad y qué puedes hacer para minimizar los riesgos. Con la información correcta, cualquier empresa (grande o pequeña) puede dar pasos concretos para blindar sus datos frente a amenazas cada vez más sofisticadas.
El fingerprinting (en español, “huella digital” o “toma de huella digital”) es una técnica que permite identificar de forma única a un dispositivo o navegador web sin necesidad de utilizar cookies tradicionales. A través de la recopilación de múltiples variables técnicas del entorno del usuario, es posible generar un perfil único que actúa como una "huella" digital.
Este método se basa en la premisa de que cada usuario, navegador y dispositivo tiene una configuración única. Al combinar información como la resolución de pantalla, el idioma, la zona horaria, los plugins instalados, el sistema operativo, y hasta el comportamiento del mouse, se puede crear una especie de "identificador digital único".
El fingerprinting recopila datos pasivos del entorno del usuario cada vez que visita un sitio web. Este proceso generalmente ocurre en segundo plano, sin que el usuario sea consciente.
Tipo y versión del navegador
Sistema operativo
Resolución de pantalla
Fuentes instaladas
Zona horaria
Idioma del navegador
Dirección IP (en combinación con otros métodos)
Aceleración por hardware
Características de la tarjeta gráfica (WebGL)
Plugins del navegador
Características del dispositivo (como la densidad de píxeles)
El usuario accede a una página web.
El sitio ejecuta scripts (normalmente en JavaScript) para obtener los datos del entorno.
Se recopilan todas las variables y se combinan para generar un hash o identificador único.
Este identificador puede almacenarse en un servidor para reconocer al usuario en futuras visitas, incluso si ha eliminado cookies.
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Es fácil confundirlos, lo sabemos: footprinting y fingerprinting suenan parecido, pero en el mundo de la ciberseguridad son dos técnicas bastante distintas, aunque ambas están relacionadas con la recolección de información.
El footprinting es el primer paso que suele dar un atacante (o un auditor de seguridad) cuando quiere conocer mejor su objetivo. Se trata de una técnica de reconocimiento general, cuyo objetivo es recolectar toda la información posible sobre una empresa, sistema o red antes de realizar un ataque.
Este proceso puede incluir datos como:
Direcciones IP públicas
Nombres de dominio
Subdominios
Estructura de la red
Tecnologías utilizadas
Información pública de empleados
En pocas palabras, el footprinting es como hacer una investigación previa: una especie de “mapa” del entorno digital del objetivo.
Una forma sencilla de entenderlo sería esta:
El footprinting es como buscar a alguien en una guía telefónica para saber dónde vive, mientras que el fingerprinting sería como observar de cerca su casa, tomando nota de los accesos, ventanas y cerraduras.
Ambas técnicas son utilizadas tanto por profesionales de la ciberseguridad (para prevenir ataques) como por atacantes (para planearlos). Por eso es tan importante conocerlas y saber cómo reducir la exposición de tu empresa o tus sistemas a estas prácticas.
A continuación, te mostramos algunas de las formas de fingerprinting más comunes que se utilizan actualmente:
Cada vez que tu navegador se conecta a un sitio web, envía automáticamente una serie de cabeceras HTTP. Estas cabeceras contienen información clave como:
El tipo y versión del navegador
El sistema operativo
Idioma y codificación
Tipo de conexión
Un atacante (o cualquier servidor) puede analizar estas cabeceras para construir un perfil bastante detallado de tu dispositivo.
Otra técnica bastante utilizada es el análisis del tráfico de red y escaneo de puertos abiertos. Esto permite identificar qué servicios están activos en un sistema, qué aplicaciones están corriendo y, en algunos casos, qué versiones específicas están en uso.
Es una forma de fingerprinting más orientada al entorno empresarial o servidores expuestos en internet, y puede revelar información valiosa para planificar un ataque.
El código JavaScript que se ejecuta en tu navegador también puede ser una fuente de datos para el fingerprinting. Este puede acceder a detalles como:
Resolución de pantalla
Plugins instalados
Tipografía y fuentes disponibles
Aceleración por hardware
Configuración del renderizado gráfico (WebGL)
Todos estos elementos, combinados, permiten generar una huella digital bastante única.
Mediante técnicas de análisis pasivo o activo, un atacante puede deducir no solo qué sistema operativo estás utilizando, sino también su versión exacta. Esto se logra analizando cómo responde el sistema a ciertos comandos o peticiones, lo que revela patrones de comportamiento específicos.
Cada paquete de datos que viaja por una red contiene información técnica. Mediante el análisis de estos paquetes, también conocido como packet sniffing, es posible obtener detalles sobre el software, hardware y configuración de red de un dispositivo.
Este tipo de análisis se utiliza tanto en entornos corporativos como en auditorías de seguridad, pero también puede ser explotado por actores maliciosos si no se toman las medidas adecuadas.
Como puedes ver, el fingerprinting no es cosa de ciencia ficción. Es una práctica real, silenciosa y muchas veces invisible para el usuario común. Por eso, conocer estas técnicas es el primer paso para mejorar la postura de seguridad de cualquier empresa o usuario.
Ahora que ya sabes qué es el fingerprinting y cuáles son sus técnicas más comunes, llega la gran pregunta: ¿cómo puedes defender a tu empresa de este tipo de ataques? La buena noticia es que existen tanto estrategias preventivas internas como servicios especializados de ciberseguridad, como los que ofrecemos en TecnetOne, que pueden marcar una gran diferencia.
Aunque pueda sonar contradictorio, el fingerprinting no siempre es una amenaza. Cuando se utiliza de forma ética y controlada, se convierte en una herramienta muy valiosa para reforzar la seguridad de una organización. Así es como una empresa especializada en ciberseguridad lo aprovecha:
Detección de intrusos: registran las huellas digitales de cada dispositivo que entra en la red y pueden identificar accesos no autorizados o comportamientos sospechosos en tiempo real.
Refuerzo de la seguridad de la red: protegen todos los puntos de acceso, evitando que se conviertan en puertas de entrada para ciberataques.
Monitoreo continuo y consultoría: realizan un seguimiento constante de la actividad de los dispositivos y generan informes detallados que ayudan a tomar decisiones rápidas y acertadas.
Análisis forense: en caso de un incidente, utilizan las huellas digitales para rastrear el origen del ataque y entender cómo ocurrió, lo que facilita aplicar correcciones efectivas.
Evaluación de vulnerabilidades: identifican versiones de software y sistemas operativos desactualizados dentro de la red, corrigiendo esos puntos débiles antes de que alguien los explote (por ejemplo, con pruebas de penetración o pentesting).
Prevención del fraude: en sectores como la banca o el comercio electrónico, el fingerprinting sirve para detectar dispositivos sospechosos y bloquear transacciones fraudulentas antes de que afecten al negocio.
Más allá de contar con el respaldo de especialistas como TecnetOne, hay prácticas que cualquier organización puede implementar para reducir la exposición al fingerprinting y, en general, elevar su nivel de seguridad digital:
Configurar el navegador con más privacidad: desactivar extensiones innecesarias y ajustar las opciones de seguridad puede limitar la información que se comparte automáticamente.
Usar una VPN de confianza: ayuda a ocultar la dirección IP real y cifra todo el tráfico de internet, dificultando la labor de quienes intentan recolectar datos.
Mantener el software siempre actualizado: parches de seguridad y nuevas versiones corrigen vulnerabilidades que los atacantes suelen aprovechar.
Aplicar políticas de seguridad sólidas: desde el uso de contraseñas fuertes hasta la autenticación multifactor (MFA), cada capa extra de seguridad hace más difícil la vida de un ciberdelincuente.
En resumen, el fingerprinting puede ser tanto un riesgo como una oportunidad, dependiendo de quién lo utilice. Para una empresa, la clave está en anticiparse a las amenazas con medidas internas y apoyarse en profesionales de ciberseguridad que sepan usar esta técnica a favor de la protección y no en contra.