Hoy en día vivimos pegados al teléfono: lo usamos para todo, desde trabajar y chatear hasta pagar o guardar nuestras cosas más personales. Pero, seamos sinceros, ¿cuántas veces nos detenemos a pensar en los riesgos que implica tenerlo encendido las 24 horas? Te sorprendería saber que algo tan simple como apagarlo de vez en cuando puede ser una gran defensa contra los ciberataques. Sí, ese pequeño gesto que casi nunca hacemos no solo protege tu privacidad, sino que también ayuda a que tu móvil funcione mejor.
Quizás no lo sabías, pero los ciberdelincuentes pueden aprovechar el hecho de que tu móvil esté conectado las 24 horas para instalar software espía, acceder a tus datos personales e incluso monitorear lo que haces en tiempo real. Este tipo de herramientas, diseñadas para robar información o rastrear tus movimientos, no solo pone en jaque tu privacidad, sino también tu seguridad.
Y no hace falta ser una celebridad o alguien con información confidencial para convertirse en blanco. Desde aplicaciones que recopilan más datos de los que deberían hasta hackers en busca de oportunidades, dejar tu móvil siempre encendido puede abrir una puerta a este tipo de riesgos.
Los teléfonos son uno de los objetivos favoritos de los hackers, y no es para menos. Al fin y al cabo, llevamos en ellos prácticamente todo: contraseñas, datos bancarios, correos, nuestra ubicación… demasiada información valiosa en un solo lugar.
Entre las estrategias que suelen usar para colarse en tu móvil están:
Lo peor es que, por más precavido que seas, cualquiera puede caer en estas trampas. Por eso, tomar medidas simples pero efectivas, como apagar tu teléfono regularmente, puede ser una forma fácil y útil de mantenerte un paso adelante de los ciberdelincuentes.
Apagar tu smartphone puede parecer algo insignificante, pero en realidad es una medida bastante útil para protegerte de posibles hackeos. Muchas de las apps espía necesitan estar activas todo el tiempo para recolectar y enviar datos, así que un simple reinicio podría cortarles el juego. Puede parecer básico, pero este truco es súper efectivo para frustrar a los hackers y proteger tu privacidad. Aquí te contamos por qué este simple hábito puede marcar la diferencia:
Cuando apagas tu teléfono, todo lo que está funcionando en segundo plano se detiene, incluyendo esas apps o procesos maliciosos que podrían estar haciendo cosas a tus espaldas. Si tu móvil está infectado con malware o spyware, apagarlo corta su funcionamiento temporalmente. No es la solución definitiva, pero sí un buen paso para interrumpir actividades indeseadas, como que tus datos estén siendo enviados a algún atacante.
Muchos programas maliciosos necesitan que tu teléfono esté encendido todo el tiempo para hacer su trabajo. Pero no todos están diseñados para reiniciarse automáticamente cuando vuelves a encenderlo. Así que, si apagas tu móvil con regularidad, estás limitando la capacidad de esos programas para seguir molestando.
Los hackers a veces dejan lo que se conoce como “puertas traseras” en tu teléfono, accesos ocultos que les permiten entrar cuando quieran. Si apagas el dispositivo, cortas cualquier conexión que tengan activa, lo que puede complicarles bastante mantener el acceso.
Cuando reinicias tu smartphone, muchas veces aprovecha para instalar actualizaciones y parches importantes de seguridad. Estos parches corrigen errores o fallos en el sistema que los hackers podrían explotar. Si lo apagas regularmente, te aseguras de que estas actualizaciones se apliquen como deben, fortaleciendo la seguridad de tu dispositivo.
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Aunque no existe una regla estricta, te recomendamos apagar el teléfono al menos una vez al día, preferiblemente durante la noche. Este hábito no solo contribuye a la seguridad del dispositivo, sino que también tiene beneficios adicionales, como mejorar el rendimiento del hardware y extender la vida útil de la batería.
Si apagar el teléfono diariamente te resulta inconveniente, hacerlo al menos unas cuantas veces por semana puede ser un buen punto de partida. Lo importante es crear un hábito regular que limite las oportunidades para que los hackers exploten vulnerabilidades.
Apagar tu teléfono es solo una de las muchas estrategias que puedes implementar para fortalecer tu seguridad digital. Aquí te dejamos otras prácticas recomendadas que puedes combinar con este hábito:
1. Mantén tu sistema operativo actualizado: Las actualizaciones de software no solo traen nuevas funciones, sino que también corrigen vulnerabilidades conocidas. Configura tu dispositivo para que instale automáticamente las actualizaciones de seguridad en cuanto estén disponibles.
2. Utiliza contraseñas fuertes y biometría: Asegúrate de usar contraseñas complejas y únicas para proteger tu dispositivo. Además, habilita la autenticación biométrica (como huellas dactilares o reconocimiento facial) siempre que sea posible.
3. Descarga aplicaciones solo de fuentes confiables: Evita instalar apps de tiendas no oficiales o de sitios web de terceros, ya que estas suelen ser las principales vías de distribución de malware.
4. Habilita el cifrado del dispositivo: El cifrado protege los datos almacenados en tu teléfono, dificultando que los hackers accedan a ellos incluso si logran comprometer el dispositivo.
5. Evita redes Wi-Fi públicas: Las redes Wi-Fi públicas son un terreno fértil para los hackers. Si necesitas conectarte a una red pública, utiliza una VPN para proteger tu tráfico de datos.
6. Revisa los permisos de las aplicaciones: Muchas aplicaciones solicitan permisos que no necesitan para funcionar. Revisa regularmente los permisos de tus apps y desactiva aquellos que parezcan excesivos o innecesarios.
Aunque apagar tu teléfono es un paso importante, no debe ser la única medida de seguridad que adoptes. Los ciberdelincuentes son cada vez más sofisticados y utilizan múltiples técnicas para comprometer dispositivos. Por ello, es fundamental combinar esta práctica con otras medidas de ciberseguridad para maximizar la protección.
Además, si sospechas que tu teléfono ha sido hackeado, apagarlo puede ayudarte a mitigar el daño inicial, pero es crucial tomar medidas adicionales, como:
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Cuidar tu seguridad digital no tiene por qué ser complicado. Algo tan sencillo como apagar tu teléfono cada día puede ayudarte a reducir el riesgo de que te hackeen. Además, no solo estás protegiendo tu información, también le das un respiro a tu móvil para que funcione mejor y dure más tiempo.
Proteger tus datos no requiere grandes esfuerzos, solo un par de cambios en tus hábitos diarios. Apagar tu teléfono regularmente es un buen comienzo, y si lo combinas con otras prácticas básicas de seguridad, estarás mucho más tranquilo. Al final, cuidar tu privacidad y mantener a los hackers lejos está en tus manos. ¡Y de verdad, vale la pena intentarlo!