El error humano es uno de los grandes responsables de fallos en empresas de todos los tamaños. Da igual si hablamos de una pyme, un banco o una gran fábrica: detrás de cada proceso siempre hay personas, y aunque eso aporta creatividad y flexibilidad, también abre la puerta a equivocaciones inevitables.
En TecnetOne sabemos que entender y reducir estos errores es clave para mejorar la seguridad y la eficiencia. Y en el terreno de la ciberseguridad, esto es aún más crítico: el World Economic Forum advierte que hasta el 95 % de los incidentes de seguridad tienen origen en errores humanos. No hablamos de ataques sofisticados, sino de descuidos comunes como hacer clic en un enlace malicioso o usar contraseñas débiles.
Ahora que octubre se celebra como el Mes de Concientización en Ciberseguridad, es el momento ideal para reflexionar sobre cómo el factor humano sigue siendo el eslabón más débil y qué medidas pueden tomar las organizaciones para reforzarlo.
Cuando hablamos de error humano en ciberseguridad, no todo se reduce a “despistes”. De hecho, los especialistas suelen dividirlos en dos grandes categorías: errores basados en habilidades y errores basados en conocimiento.
Son los típicos fallos que ocurren en tareas rutinarias, cuando estamos en piloto automático o distraídos. Sabemos qué hacer y cómo hacerlo, pero simplemente se nos pasa.
Un ejemplo claro: olvidas hacer la copia de seguridad de tu computadora. Lo has hecho mil veces antes, sabes perfectamente el procedimiento, pero justo ese día estabas con prisa por salir o tenías demasiados correos pendientes. Resultado: en caso de un ciberataque, no tendrás respaldo y quedas mucho más expuesto a perder tus datos.
En este caso, el problema no es la distracción, sino la falta de información o experiencia. Son fallos más comunes en personas que no han recibido suficiente formación en seguridad digital o que no siguen las reglas establecidas.
Ejemplo típico: haces clic en un enlace sospechoso dentro de un correo de un remitente desconocido porque no sabes identificar que es phishing. Esa acción, aparentemente inofensiva, puede instalar malware en tu dispositivo, comprometer tu dinero y hasta exponer datos sensibles de la empresa.
Cuando hablamos de ciberseguridad, solemos pensar en firewalls, antivirus o sistemas de protección avanzados. Pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, los incidentes no empiezan con un hacker súper sofisticado, sino con un descuido humano. Sí, un simple error puede abrir la puerta a un ataque informático.
Aquí te dejamos los nueve errores humanos más comunes en ciberseguridad que todas las empresas deberían conocer (y evitar):
Usar claves simples como “123456” o repetir la misma contraseña en todas partes sigue siendo uno de los fallos más frecuentes. Compartirlas por correo o anotarlas en un post-it tampoco ayuda. Un descuido así puede comprometer cuentas críticas y sistemas completos.
Ese programa “inofensivo” que alguien descarga sin avisar a TI puede ser el caballo de Troya perfecto. El shadow IT introduce vulnerabilidades serias y pone en riesgo la seguridad de toda la organización.
No aplicar parches o actualizaciones deja los sistemas expuestos a fallos ya conocidos que los ciberdelincuentes aprovechan. Es como dejar la puerta de casa abierta sabiendo que tu barrio no es el más seguro.
Un correo con datos confidenciales en la bandeja incorrecta puede convertirse en una fuga de información muy costosa. Parece un detalle mínimo, pero puede provocar una brecha de seguridad.
El phishing sigue siendo la técnica más común y efectiva. Correos, SMS o mensajes en WhatsApp que parecen legítimos pero en realidad son trampas. Un clic en un enlace falso o compartir credenciales en un sitio fraudulento es suficiente para que un atacante obtenga acceso no autorizado.
Los atacantes ya no solo usan tecnología, también manipulan emociones. A través de confianza, miedo o urgencia logran que la víctima comparta datos o realice acciones que comprometen la seguridad. Aquí entra en juego la famosa “ingeniería social”.
Conectar un USB desconocido o un dispositivo personal a la red de la empresa puede introducir malware o abrir un punto de entrada directo para los atacantes.
Un firewall mal configurado o un ajuste de permisos incorrecto puede convertirse en una vulnerabilidad abierta. Y lo peor es que muchas veces pasa desapercibido hasta que ocurre un incidente.
La ciberseguridad no siempre está detrás de una pantalla. Dejar un portátil desatendido, perder un móvil corporativo o tirar documentos sin destruirlos adecuadamente también puede terminar en accesos no autorizados.
Conoce más sobre: ¿Cómo construir una cultura de ciberseguridad en tu empresa?
Cuando hablamos de ciberseguridad, muchas veces pensamos en firewalls, antivirus o inteligencia artificial. Pero la verdad es que el mayor riesgo suele estar en algo mucho más simple: los errores humanos. Desde una contraseña débil hasta un clic en un enlace de phishing, basta un descuido para abrirle la puerta a un ataque.
En TecnetOne sabemos que el factor humano es, muchas veces, el eslabón más débil en ciberseguridad. Por eso, compartimos contigo algunas de las mejores prácticas probadas que ayudan a minimizar riesgos y a proteger mejor a tu organización:
1. Crear una cultura de seguridad: La seguridad debe ser parte del día a día. Esto implica establecer políticas claras, capacitar de forma continua y, sobre todo, generar conciencia de que todos los trabajadores son parte de la primera línea de defensa.
2. Contraseñas fuertes y MFA: Nada de “123456”. Es clave implementar políticas de contraseñas robustas y acompañarlas de autenticación multifactor (MFA), para que una sola clave filtrada no signifique un desastre.
3. Políticas y procedimientos claros: Las reglas deben estar por escrito y ser fáciles de seguir. Protocolos bien definidos reducen la improvisación y, por lo tanto, los errores.
4. Controles de acceso estrictos: Dar a cada persona solo los permisos que necesita para su rol (principio de privilegios mínimos) y revisar esos accesos periódicamente evita riesgos innecesarios.
5. Actualizaciones y parches al día: Mantener software, sistemas y aplicaciones siempre actualizados cierra la puerta a vulnerabilidades conocidas que los atacantes suelen aprovechar.
6. Protección de endpoints: Soluciones de seguridad que monitoreen dispositivos y bloqueen intentos de malware son esenciales para frenar ataques antes de que se propaguen.
7. Buena higiene digital: Revisar configuraciones de seguridad, eliminar accesos innecesarios y mantener ordenados los sistemas es tan importante como instalar un antivirus.
8. Seguridad física: No todo pasa en la nube: proteger servidores, oficinas y dispositivos físicos también es parte de la ciberseguridad.
9. Trabajo en equipo con TI y seguridad: La colaboración entre áreas fortalece la cultura de responsabilidad compartida y asegura que todos remen hacia el mismo objetivo: proteger la información.
10. Plan de respuesta a incidentes: Los errores ocurren, por eso es vital tener un plan probado que permita reaccionar rápido y minimizar daños en caso de ataque.
Si las empresas ponen en práctica estas medidas, pueden reducir considerablemente los errores humanos y reforzar su postura en ciberseguridad. Al final, la clave está en educar, prevenir y estar siempre preparados.