Hacer pruebas de penetración es una de las mejores formas de poner a prueba la seguridad de tu empresa. Pero hay un problema: muchos creen que lo están haciendo bien… y no es así. De hecho, hay errores tan comunes que ya parecen parte del protocolo. Y eso, en ciberseguridad, es un riesgo innecesario. En este artículo, te compartiremos no solo cuáles son los errores más comunes en las pruebas de penetración, sino también cómo se pueden evitar.
Si todavía no has leído nuestro artículo sobre qué es el pentesting, aquí te hacemos un breve resumen para que no te pierdas: una prueba de penetración es básicamente simular un ataque de hacker, pero con buenas intenciones. Se trata de encontrar las brechas de seguridad antes de que lo haga alguien con malas intenciones. Como un “asalto” controlado a tu sistema, para ver por dónde se puede colar el enemigo.
Y ojo, no es solo meterse en servidores. También se testean redes, aplicaciones, dispositivos y, por supuesto, el factor humano. Porque sí, los errores humanos siguen siendo el punto débil más fácil de explotar.
Dicho de otra forma: si no estás haciendo pruebas de penetración de forma periódica, estás jugando con fuego.
Porque una mala prueba de penetración puede hacerte creer que todo está bien… cuando no lo está. Es como ir al médico, hacerte una revisión rápida y que te digan “todo en orden” sin haberte revisado de verdad.
Desde la red interna hasta las aplicaciones web y el comportamiento de tus trabajadores, todo cuenta. Y lo peor es que un hacker real va a revisar todo eso sin pedirte permiso ni seguir el protocolo. Por eso, una buena prueba de penetración tiene que ser realista, bien pensada y honesta.
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Este es el clásico. Se empieza una prueba de penetración sin objetivos claros, como si solo se tratara de “ver qué pasa”. ¿Y qué pasa? No se llega a ningún lado.
Antes de empezar hay que sentarse, pensar y definir: ¿qué queremos comprobar? ¿A qué sistemas vamos a apuntar? ¿Qué tipo de ataques simularemos? Sin esto, el pentest es como lanzar flechas con los ojos vendados.
Lo básico: define objetivos, delimita el alcance y asegúrate de que todo el mundo está en la misma página. Ahí empieza un buen pentesting.
Otro clásico: probar solo lo visible. La web, los puertos abiertos, algún servidor... y listo. Pero ¿y el resto?
Muchas veces se ignoran cosas clave como las APIs, las bases de datos internas, los dispositivos conectados a la red o incluso los accesos físicos. ¿Crees que un atacante va a respetar el “alcance” de tu prueba? Spoiler: no lo hará.
Por eso, las pruebas deben ser completas. No se trata de revisar solo lo bonito, sino lo que realmente se usa y lo que puede ser atacado.
Te sorprendería saber cuántas veces los ataques más exitosos empiezan con un simple correo de phishing. Y aun así, hay muchas pruebas de penetración que no incluyen ni un solo intento de ingeniería social. Grave error.
Las personas son parte del sistema, y como tal, deben ser parte del test. Simular correos fraudulentos, llamadas sospechosas o accesos físicos es clave para entender cómo reaccionaría el equipo ante una amenaza real. Y no, no es para castigar a nadie. Es para aprender, mejorar y reforzar la cultura de ciberseguridad.
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Otro fallo muy común es seguir un guion rígido. Escanear puertos, revisar vulnerabilidades conocidas, lanzar un par de exploits... y ya está.
Pero los hackers reales no trabajan así. Ellos improvisan, mezclan técnicas, son creativos. Si tu pentest no replica eso, entonces estás haciendo solo la mitad del trabajo.
Un buen test debe tener una dosis de caos, de experimentación, de pensar como un verdadero atacante. Salirse del guion puede revelar fallos que un escáner jamás encontrará.
No todas las vulnerabilidades son igual de peligrosas. Algunas afectan procesos clave y otras... no tanto. Pero si en el reporte final todo se presenta como igual de grave, los equipos no sabrán por dónde empezar. Esto pasa mucho: los informes no contextualizan el riesgo en términos del negocio.
Y es un problema. Porque al final, la seguridad no es solo técnica. Es también entender qué procesos impacta una brecha y qué tan grave puede ser. Si un fallo puede tumbar tu sistema de ventas en pleno Black Friday, merece prioridad. Así de simple.
Este es uno de los errores más silenciosos, pero también más dañinos. El equipo técnico va por un lado, el equipo de seguridad por otro, los proveedores ni saben lo que pasa… y al final, nadie se entera de nada.
La seguridad es cosa de todos, y una prueba de penetración debe involucrar a todos los actores desde el principio. Comunicación constante, reportes intermedios, reuniones conjuntas… todo suma para que el resultado sea útil y aplicable.
¿De qué sirve hacer una gran prueba de penetración si el informe final es un jeroglífico técnico?
Esto pasa más de lo que debería. Informes llenos de términos incomprensibles, sin priorización, sin acciones claras, sin contexto de negocio. Así, nadie va a hacer nada con esa información.
Un buen reporte debe ser claro, directo y útil. Con una parte técnica, sí, pero también con un resumen ejecutivo que cualquiera pueda entender. Y sobre todo, con pasos concretos para corregir los problemas detectados.
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Trabaja con profesionales externos como TecnetOne. Nada como una mirada fresca para ver lo que tú ya no ves.
Simula lo que haría un atacante real. Olvídate del checklist y piensa con mentalidad ofensiva.
Incluye todo, no solo lo evidente. API, empleados, red interna, todo suma.
Hazlo con frecuencia. Las amenazas cambian cada día, y tus defensas también deberían hacerlo.
Actúa con lo que descubres. No sirve de nada detectar vulnerabilidades si nadie las corrige.
Documenta y aprende. Cada prueba es una oportunidad para crecer y fortalecer la organización.
Hacer pruebas de penetración no es algo que se hace “por cumplir”. Es una herramienta poderosa para mejorar de verdad la seguridad de tu organización.
Pero si se hace mal, puede ser incluso contraproducente. Generar una falsa sensación de seguridad, dejar fuera puntos críticos, o simplemente no saber qué hacer con los resultados.
La clave está en evitar estos errores, en aprender de cada prueba, y en tomar la seguridad como lo que es: una prioridad constante, no un trámite anual.
En TecnetOne contamos con un equipo de hackers éticos certificados (CEH, OSCP, Hack the Box, eJPT) listos para ayudarte a fortalecer la seguridad de tu empresa. Realizamos pruebas de penetración adaptadas a tu entorno, con reportes accionables y acompañamiento real, para que no solo descubras tus vulnerabilidades, sino que también las soluciones.