Las elecciones generales de México están programadas para el 2 de junio de 2024. En esta fecha, la población elegirá un nuevo presidente que dirigirá el país durante los próximos seis años, así como a los miembros de la Cámara de Diputados y del Senado. En la actualidad, el proceso electoral enfrenta numerosas amenazas cibernéticas. Con las próximas elecciones en México, es crucial analizar estas ciberamenazas. Los riesgos van desde filtraciones de datos que comprometen la información personal hasta el uso de software de espionaje, amenazando así la integridad del proceso democrático.
Aunque ciertos factores locales necesitan estrategias personalizadas para abordar desafíos específicos, el panorama de amenazas en el período electoral en México presenta similitudes con los riesgos observados en otras elecciones.
Entre estos riesgos se incluyen las filtraciones de datos, que pueden exponer la información personal de los votantes y ser utilizada para influir en el resultado electoral. Con el desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial, la creación de contenido deepfake se ha simplificado, logrando resultados impresionantemente engañosos. No es complicado generar imágenes falsas para manipular la opinión pública justo antes de las elecciones.
Además, dado el uso de tecnología de voto electrónico en México, las vulnerabilidades propias de estas máquinas también suponen un riesgo significativo. Los adversarios podrían emplear tácticas como el robo de votos, la interrupción del funcionamiento de las máquinas y la difusión de campañas de desinformación para interferir en las elecciones.
Adicionalmente, el uso generalizado de software espía (spyware) por parte de funcionarios ha colocado a México en el centro de atención. El empleo de estas tecnologías por actores estatales compromete las instituciones democráticas del país y facilita un ambiente propicio para el aumento de actividades malintencionadas que podrían causar un mayor daño a la nación.
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Las fugas de datos son una amenaza considerable para la integridad de las elecciones, ya que pueden revelar información confidencial de los votantes, incluidos sus datos personales. Esta exposición permite a los actores malintencionados utilizar la información para campañas de desinformación personalizadas. Las plataformas de redes sociales actúan como canales para la difusión de mensajes políticos y la influencia sobre la opinión pública. La revelación de una fuga de datos de una entidad gubernamental reconocida podría perjudicar seriamente el proceso democrático.
Se ha detectado un anuncio de un actor de amenazas que afirma poseer y ofrecer gratuitamente conversaciones por correo electrónico del Gobierno de la Ciudad de México. Aunque muchas cuentas afirman vender o compartir información valiosa sobre diversos objetivos, no todas estas afirmaciones corresponden a fugas auténticas.
En el caso de que se confirme una fuga legítima del Gobierno de la Ciudad de México, cualquier adversario que desee interferir en la política mexicana, podría utilizar la información divulgada para causar daño al gobierno mexicano.
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En el ámbito electoral, la desinformación se presenta como un problema recurrente. Es común que durante cualquier elección alrededor del mundo, los partidos políticos se acusen mutuamente mediante falsedades y campañas de desinformación. Con la proliferación de herramientas de inteligencia artificial, la creación de estas campañas se ha simplificado notablemente.
Estas campañas de desinformación pueden manipular cualquier tipo de narrativa para alcanzar sus metas, desde delitos menores hasta grandes escándalos de corrupción o incluso interacciones cotidianas entre ciudadanos que debaten sobre el futuro de su país.
Al inicio de este artículo, hemos resumido una amplia variedad de temas potenciales en distintas áreas clave para las próximas elecciones en México. Es crucial profundizar en estos puntos para que las autoridades puedan identificar y enfrentar las amenazas pertinentes.
Los intereses y expectativas de los votantes, los principales desafíos que enfrenta México, y las promesas electorales son áreas críticas que deben ser examinadas. Estos elementos representan los puntos vulnerables que cualquier campaña de desinformación buscará explotar para avanzar en sus objetivos.
Un actor de amenazas afirma tener un conjunto de datos de ciudadanos mexicanos
El uso de inteligencia artificial y contenido deepfake se extiende más allá de las simples campañas de desinformación; también se pueden utilizar para crear identificaciones o documentos falsificados con fines ilícitos.
Como se menciona arriba, hay informes de actores de amenazas que han accedido a datos de ciudadanos mexicanos. Estas brechas de datos podrían permitir a los adversarios usar la inteligencia artificial para fabricar documentos como tarjetas de identidad, boletas electorales, cheques y otros documentos con relativa facilidad utilizando herramientas modernas.
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Con los avances tecnológicos, han surgido nuevas modalidades en los sistemas de votación, incluyendo los sistemas de votación electrónica. Sin embargo, estos sistemas frecuentemente suscitan dudas sobre la integridad electoral debido a preocupaciones de seguridad.
Los sistemas de votación electrónica son susceptibles a numerosas amenazas cibernéticas y, si se compromete su integridad, podría manipularse el resultado electoral, debilitar la confianza de los votantes y poner en riesgo el proceso democrático.
Estos sistemas también generan preocupaciones sobre la privacidad. Es esencial que los gobiernos aseguren la confidencialidad y el anonimato de los votos de los ciudadanos, ya que medidas de seguridad deficientes o violaciones de datos pueden comprometer la privacidad de los votantes, generando temores sobre vigilancia estatal, robo de identidad o incluso coacción.
En relación con la votación electrónica, normalmente pensamos en máquinas de votación física. No obstante, las próximas elecciones en México marcarán la segunda ocasión en la que se implementará el voto por Internet para méxicanos en el extranjero, un método que facilita aún más las campañas de desinformación y presenta nuevos retos para los funcionarios encargados de proteger los sistemas.
Se ha detectado un actor de amenazas que afirma vender imágenes de cédulas de identidad de ciudadanos mexicanos
Las acusaciones sobre el uso de software espía son comunes a nivel mundial, pero recientes revelaciones en México han intensificado las sospechas sobre las intenciones de la élite gobernante de cara a las próximas elecciones del 2 de junio. El empleo de estas herramientas promueve la desconfianza entre los partidos y dificulta la implementación de políticas imparciales en el país. Incidentes de esta magnitud también agravan las tensiones entre los partidos políticos y el público.
Según informes, las fuerzas de seguridad en México han utilizado extensamente software espía, incluido el controvertido programa Pegasus, para vigilar a políticos, burócratas y periodistas. Este escándalo, que salió a la luz por primera vez en 2017, sigue siendo un tema predominante en el discurso público actual.
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La seguridad cibernética en las elecciones de 2024 en México no es solo una cuestión de tecnología, sino también de confianza pública y estabilidad democrática. Al enfrentar estos desafíos con estrategias efectivas y colaborativas, México no solo puede proteger su proceso electoral contra ataques cibernéticos, sino también fortalecer su democracia.