En los últimos meses, México se ha convertido en el blanco perfecto para un tipo de ciberataque que no para de crecer. La digitalización de las empresas ha traído muchos beneficios, pero también ha abierto la puerta a nuevas oportunidades para los cibercriminales. Entre las amenazas más comunes están los malwares de todo tipo: ransomware, spyware, adware, troyanos... y últimamente, uno que está ganando mucha fuerza: los infostealers. Este tipo de malware, diseñado específicamente para robar información confidencial, se está volviendo cada vez más común.
A diferencia del ransomware, que secuestra tu información y te pide un rescate, los infostealers trabajan de forma silenciosa, robando datos sin que te des cuenta. Su auge está muy ligado a la cantidad de dispositivos conectados que usamos todos los días y al tráfico constante de información en mercados clandestinos, como la Dark Web.
Además, los infostealers han adoptado un modelo muy particular: el Malware como Servicio (MaaS). Básicamente, cualquiera con malas intenciones puede alquilar este tipo de malware en la Dark Web a precios accesibles, lo que facilita su uso para lanzar ataques sin necesidad de ser un experto en tecnología. ¿El resultado? Una amenaza cada vez más accesible y peligrosa para empresas y usuarios por igual.
Este tipo de malware, que trabaja en silencio, se especializa en robar de todo: nombres de usuario, contraseñas, direcciones, correos electrónicos, números de cuenta, información de tarjetas de crédito, cookies, y hasta ID de sesión. Para darte una idea del alcance del problema, las credenciales en venta en la Dark Web debido a estos ataques aumentaron un 271% entre 2023 y 2024, según un análisis de la unidad de investigación de SILIKN.
La estrategia detrás de estos ataques es simple pero efectiva: engañar al usuario para que descargue el malware. Suelen disfrazarse como juegos gratuitos, software popular o incluso antivirus falsos. Para convencerte, los atacantes utilizan redes sociales, sitios web fraudulentos y otros trucos. Una vez instalado, este programa malicioso se pone a trabajar, recolectando datos desde las carpetas del sistema donde guardas información personal o de autenticación.
Lo peor es que no termina ahí. La información extraída se envía a un servidor remoto, donde se organiza cuidadosamente en archivos fáciles de entender. Estos datos se venden a otros delincuentes o se utilizan para ataques más profundos, como tomar el control de cuentas o redes completas. Y aunque la mayoría de los dispositivos infectados son personales, las consecuencias suelen afectar a empresas y organizaciones que dependen de la seguridad de esos datos.
Por ejemplo, con credenciales robadas, cookies o huellas digitales del navegador, los atacantes pueden secuestrar sesiones, saltarse la autenticación multifactor y acceder a información empresarial crítica. Muchas veces, los datos robados se transfieren mediante plataformas como Discord o Telegram, donde los ciberdelincuentes mantienen su anonimato.
De acuerdo con SILIKN, este tipo de malware ya es una de las mayores amenazas para dependencias gubernamentales, así como para sectores clave como el financiero, el comercio electrónico, la salud, las telecomunicaciones y la industria. Su popularidad entre los atacantes radica en tres cosas: es barato, fácil de usar y extremadamente rentable. Credenciales en texto claro, datos bancarios y números de identificación son solo algunos de los tesoros que buscan.
En 2024, más de la mitad del malware comercializado como servicio (54.8%) correspondió a este tipo de software. Esto significa que cualquiera con recursos técnicos o económicos limitados puede lanzar un ataque sin demasiado esfuerzo. Además, los mercados de datos robados están llenos de registros obtenidos con estas herramientas, lo que agrava el problema.
La realidad es que muchas organizaciones no detectan estas amenazas hasta que ya es demasiado tarde, en parte porque sus soluciones de seguridad están diseñadas para enfrentar riesgos internos o amenazas más conocidas. Este enfoque deja la puerta abierta a los atacantes, que se aprovechan de la falta de preparación frente a un malware tan silencioso como efectivo.
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Algunos de los ladrones de información más peligrosos, cuya actividad ha ido en aumento en México, incluyen:
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El avance de los sofisticados ladrones de información deja en claro una realidad preocupante: los ciberdelincuentes están perfeccionando sus métodos y aprovechando nuevos vectores de ataque. Esto exige que las organizaciones vayan más allá de las defensas tradicionales y adopten estrategias de seguridad proactivas y adaptativas que les permitan anticipar, detectar y neutralizar las amenazas emergentes de manera efectiva.
Enfrentar estos desafíos no tiene por qué ser un proceso complicado. Contáctanos y te ayudaremos a fortalecer tu estrategia de ciberseguridad con soluciones avanzadas y personalizadas. Ya sea para proteger información sensible, prevenir ciberataques o garantizar la resiliencia de tus sistemas, contamos con la experiencia y las herramientas necesarias para respaldarte en cada etapa. No permitas que las amenazas comprometan la seguridad de tu organización.