Microsoft nos tiene acostumbrados a dar bandazos. A veces sorprende con grandes avances, y otras nos deja rascándonos la cabeza. Un buen ejemplo fue la app de Claude para Windows: en un principio nos impresionó lo bien integrada que parecía estar en el sistema, casi como si fuera nativa. Pero la ilusión no duró mucho. Pronto se descubrió que su consumo de recursos era excesivo y que aún quedaba camino por recorrer para optimizarla.
Ahora, Microsoft da otro giro en su apuesta por la inteligencia artificial y decide que Copilot se inicie automáticamente con Windows 11. Para algunos, esto puede ser un avance que mejora la productividad; para otros, es simplemente otro programa más arrancando sin preguntar y consumiendo recursos desde el primer momento.
Si ya notaste que Copilot aparece solo al encender tu PC o te acabas de enterar y te preguntas cómo afecta esto a tu experiencia con Windows 11, aquí te contamos todo lo que necesitas saber. ¿Es realmente útil tenerlo desde el inicio? ¿Se puede desactivar si prefieres un arranque más limpio?
Microsoft sabe bien que las aplicaciones web están ganando terreno. Por eso, lleva tiempo mejorando su soporte en Windows y dándoles más permisos para que funcionen de manera más integrada en el sistema.
Es cierto que las apps 100% nativas suelen ofrecer mejor rendimiento y una experiencia más fluida, pero las web apps han evolucionado muchísimo. A este ritmo, en poco tiempo será difícil notar la diferencia entre ambas.
Ahora, con la última actualización, Copilot puede arrancar automáticamente cuando enciendes tu PC o inicias sesión, lo que hace que el asistente de Microsoft esté siempre listo sin necesidad de una tecla exclusiva para activarlo. Un cambio que puede ser útil para algunos… y molesto para otros.
Podría interesarte leer: Copilot para Microsoft 365: Potenciando Productividad con IA
Copilot en Windows funciona con tecnologías web modernas, lo que le permite tener una interfaz avanzada y escalable. Básicamente, se trata de una web app, es decir, una aplicación que corre dentro de un navegador aprovechando estándares web. Sin embargo, para que la experiencia sea más parecida a la de una app instalada en el sistema, Microsoft la ha encapsulado con técnicas de contenedorización. Esto significa que, aunque en su esencia es una web app, se integra de manera más fluida en Windows y se comporta casi como una aplicación nativa.
El problema es que, por ahora, su consumo de recursos es bastante alto, algo que ha generado debate entre usuarios y expertos. Muchos coinciden en que, aunque esta primera versión no está del todo optimizada, con el tiempo y nuevas actualizaciones, debería mejorar la gestión de memoria y el rendimiento general. Queda por ver si realmente las web apps lograrán estar a la altura de las aplicaciones tradicionales o si seguirán arrastrando este tipo de inconvenientes.