La decisión de WhatsApp de empezar a mostrar anuncios dentro de la app ha hecho saltar las alarmas entre quienes siguen de cerca los temas de privacidad digital. Aunque desde la empresa aseguran que los mensajes seguirán estando protegidos con cifrado de extremo a extremo, el hecho de abrir espacios publicitarios plantea dudas importantes sobre hacia dónde va la plataforma.
Hay quienes ven este cambio como algo más que la simple incorporación de anuncios. Para muchos, podría ser el primer paso hacia un modelo donde se recopile cada vez más información personal con el fin de alimentar sistemas de publicidad personalizada. Una dirección que va en contra de lo que WhatsApp prometía ser desde el principio: una app segura, privada y sin distracciones.
La llegada de anuncios, dicen algunos observadores, rara vez es un movimiento aislado. Suele marcar el comienzo de una estrategia más enfocada en la monetización, en la que los datos del usuario (como su comportamiento, sus contactos o sus intereses) adquieren un valor comercial mucho más relevante.
“Cuando la publicidad entra en una app de mensajería, no es solo una cuestión estética o comercial: casi siempre viene acompañada de una recopilación de datos más profunda”, afirman voces críticas.
Aunque los mensajes sigan estando cifrados, el verdadero punto sensible está en los metadatos: con quién hablas, a qué hora, desde qué lugar y por cuánto tiempo. Toda esa información puede ser usada para perfilarte como usuario y mostrarte anuncios más específicos. Y ese tipo de uso, especialmente si no se comunica con total transparencia, puede resultar incómodo o preocupante para quienes valoran su privacidad.
Aunque WhatsApp insiste en que tus mensajes seguirán estando cifrados (es decir, que nadie puede leerlos) hay otros datos que sí podrían usarse para mostrarte publicidad más personalizada. Hablamos de cosas como tu ubicación aproximada, el idioma de tu celular, tu actividad en los Estados, cómo interactúas con los Canales, e incluso tu historial dentro de la pestaña Actualizaciones.
Además, está el tema del Centro de cuentas de Meta, ese espacio donde puedes vincular tus perfiles de WhatsApp, Facebook e Instagram. Al hacer esa conexión, Meta tiene la posibilidad de cruzar datos entre plataformas, lo que abre la puerta a una publicidad mucho más afinada… pero también mucho más invasiva.
“Meta dice que tus chats son privados, y en teoría lo son. Pero no olvidemos que su negocio se basa en recolectar datos. No se trata solo de anuncios molestos; el punto es hasta dónde llega esa recolección”
Una de las mayores preocupaciones es cómo se implementan estos cambios. A veces parecen pequeños ajustes, casi imperceptibles, pero que poco a poco van cambiando las reglas del juego. Al final, muchos usuarios terminan aceptando condiciones sin saber realmente a qué están diciendo que sí, solo por poder seguir usando el servicio.
Esto se ve especialmente en regiones con fuertes leyes de protección de datos, como en Europa, donde las plataformas están obligadas a ser más transparentes. Aun así, hay dudas sobre si el consentimiento que dan los usuarios es realmente libre e informado, o si está disfrazado entre formularios confusos y botones de “aceptar” automáticos.
Aunque WhatsApp ha dejado claro que no compartirá tu número de teléfono ni leerá el contenido de tus mensajes, lo que genera inquietud es la forma en que, poco a poco, se va acumulando información sobre ti. Y esa acumulación, con el tiempo, puede volverse bastante invasiva.
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La publicidad está llegando poco a poco a WhatsApp, y por ahora solo aparecerá en la pestaña de Actualizaciones (sí, ese espacio donde se mezclan los Estados de tus contactos (esas publicaciones que desaparecen en 24 horas) y los Canales), que son usados por marcas, medios o creadores para compartir contenido.
Según Meta, esta sección recibe más de 1.500 millones de visitas al día, así que no es raro que hayan elegido empezar por ahí.
En esta primera etapa, los anuncios van a aparecer entre los Estados, muy parecido a lo que ya se ve en Instagram: publicaciones cortas, visuales y que aparecen entre el contenido de tus contactos. Además, habrá canales promocionados (es decir, recomendaciones pagadas por marcas) y otros con contenido exclusivo por suscripción.
Eso sí, desde Meta aseguraron que los anuncios no van a aparecer dentro de tus chats privados, ni en tus grupos, ni en tus llamadas. La empresa también insiste en que tus mensajes seguirán protegidos por cifrado de extremo a extremo, y que los anuncios se van a mostrar solo en función de datos generales, como el idioma del teléfono o tu actividad dentro de la pestaña de Actualizaciones.
Por el momento, esta función solo se está probando con algunas empresas y socios específicos, y el plan es implementarla de manera progresiva en los próximos meses. Aunque tus conversaciones no se verán afectadas (por ahora), muchos siguen atentos, porque saben que los pequeños cambios de hoy pueden definir el nivel de privacidad que tendremos mañana.