Sam Altman, CEO de OpenAI, ha sido claro: muchos programadores, incluso aquellos que dominan lenguajes como Python, verán cómo sus tareas son reemplazadas o transformadas por la inteligencia artificial. Sin embargo, figuras como Bill Gates o Elon Musk coinciden en que no todo está perdido. Existen áreas de la ingeniería informática que no solo resistirán el impacto de la IA, sino que cobrarán aún más importancia. Una de ellas es, sin duda, la ciberseguridad.
En este campo, no basta con saber codificar: se necesita comprender profundamente cómo funcionan los sistemas para poder defenderlos. Lenguajes como Go (Golang), Swift o C# son conocidos por su potencia y versatilidad, pero cuando se trata de proteger infraestructuras críticas o realizar análisis forense digital, hay opciones aún más recomendadas. Elegir el lenguaje adecuado puede marcar la diferencia entre prevenir un ataque o reaccionar tarde.
Aunque técnicamente no es un lenguaje de programación, HTML (HyperText Markup Language) es de los primeros que aprendes cuando te metes al mundo del desarrollo, y tiene todo el sentido. Es lo que da estructura a las páginas web: define títulos, párrafos, imágenes, formularios... todo.
Pero, ¿por qué importa para la ciberseguridad? Porque conocer bien HTML te ayuda a entender cómo funcionan las páginas por dentro, y eso es clave para identificar posibles vulnerabilidades. Por ejemplo, ataques como el famoso XSS (Cross-Site Scripting) aprovechan errores en el uso de HTML y JavaScript.
Además, HTML es compatible con todos los navegadores y, combinado con CSS y JavaScript, te permite construir interfaces web y simular escenarios reales para practicar seguridad web. Si estás empezando, HTML es una base que sí o sí debes dominar.
Si hablamos de lenguajes amigables, versátiles y potentes, Python siempre está en el top. Es súper fácil de aprender, incluso si estás dando tus primeros pasos en programación, y eso lo hace ideal para quienes quieren adentrarse en la ciberseguridad sin volverse locos al principio.
Con Python puedes hacer un montón de cosas útiles: desde automatizar tareas repetitivas, hasta crear herramientas de análisis de malware, escaneo de puertos, detección de vulnerabilidades o incluso trabajar en forense digital. También es compatible con herramientas populares como Burp Suite, Scapy y librerías como PyCryptodome.
¿Lo mejor? Puedes escribir scripts muy potentes con pocas líneas de código, lo que te ahorra tiempo y te da más control sobre lo que estás haciendo.
Sí, Java sigue muy vigente. No solo es uno de los lenguajes más utilizados en el mundo, también es una opción sólida para desarrollar aplicaciones empresariales seguras.
Gracias a su estructura robusta, Java permite gestionar entradas y validar datos con más control. Además, cuenta con frameworks como Spring Security, que ya trae opciones como autenticación en dos pasos (2FA) o cifrado integrado, ideales para fortalecer cualquier sistema.
Si te interesa trabajar en ciberseguridad enfocada en entornos corporativos o grandes plataformas web, Java puede darte el poder (y la estabilidad) que necesitas. También te permite manejar gestión de identidades, controlar sesiones y reforzar sistemas complejos.
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Puede que Ruby no sea lo primero que se te venga a la mente cuando piensas en ciberseguridad, pero tiene una joya que lo hace muy especial: Metasploit Framework. Esta herramienta es una de las más usadas para hacer pruebas de penetración (pentesting) y detectar exploits.
Además, Ruby tiene un enfoque muy práctico para crear soluciones rápidas (lo que se conoce como rapid prototyping), así que es excelente si quieres diseñar pruebas para detectar vulnerabilidades tipo SQLi o XSS.
También es bastante amigable y limpio a la hora de escribir código, lo cual lo hace ideal para experimentar y desarrollar scripts personalizados para escenarios específicos. En resumen: no lo subestimes, Ruby tiene mucho que ofrecer en el terreno de la seguridad.
Aunque ya no es tan popular como antes, Perl sigue siendo una herramienta muy útil, especialmente en el área de forense digital. Si necesitas monitorear tráfico de red o identificar patrones sospechosos que podrían estar afectando un sistema, Perl puede ser tu aliado.
Una de sus grandes ventajas es que tiene una sintaxis bastante flexible e intuitiva, lo que te permite escribir scripts sin complicarte demasiado. También te puede servir para tareas como extraer metadatos, analizar comportamientos raros en el sistema, o incluso simular ataques y ver cómo responde tu infraestructura de seguridad.
Y si te interesa la criptografía o los escaneos de red, también tiene lo suyo. Puede que no sea el lenguaje más moderno, pero sigue siendo potente si sabes cómo aprovecharlo.
SQL (Structured Query Language) es la base para todo lo que tenga que ver con bases de datos. Y cuando hablamos de seguridad, es clave para hacer cosas como detectar ataques de inyección SQL (SQLi) o reforzar el hardening de bases de datos.
Gracias a SQL puedes implementar controles que protejan datos sensibles, sobre todo si trabajas con regulaciones como GDPR o HIPAA. Además, muchas técnicas de cifrado o control de accesos empiezan por una buena estructura de datos y validación en las consultas, y ahí es donde SQL brilla.
¿La mejor parte? Es fácil de integrar con otros lenguajes, así que si estás construyendo un sistema más grande, SQL encaja perfectamente en el rompecabezas.
Si te interesa ir al fondo del asunto, C++ es uno de esos lenguajes que te dan poder a nivel bajo. Es muy utilizado en áreas como análisis de malware, ingeniería inversa, desarrollo de antivirus, e incluso para trabajar con hardware.
Tiene un rendimiento excelente, y es ideal para cuando necesitas velocidad y control total sobre lo que estás haciendo. ¿Quieres integrar algoritmos criptográficos como los de OpenSSL? C++ es una gran opción.
Eso sí, no es el lenguaje más fácil de dominar. Pero si estás dispuesto a invertir tiempo, te abre un montón de posibilidades para desarrollar sistemas de seguridad avanzados.
Aunque mucha gente asocia PHP solo con el desarrollo web tradicional, también tiene su lugar en el mundo de la ciberseguridad. Si trabajas en seguridad de aplicaciones web, este lenguaje puede ayudarte más de lo que crees.
Con frameworks como Laravel, puedes implementar buenas prácticas de seguridad, como control de sesiones, protección contra CSRF, y validación de entradas. Además, PHP te permite hacer análisis de logs y revisar posibles puntos débiles en tu código de forma bastante intuitiva.
No es el lenguaje más moderno ni el más “cool”, pero sigue siendo muy usado en muchas webs, así que conocerlo bien te puede servir para encontrar y corregir vulnerabilidades antes de que lo hagan otros.
Si alguna vez has usado la terminal en Linux o macOS, ya estás en contacto con el Shell Scripting. Básicamente, se trata de escribir comandos para automatizar tareas dentro de sistemas tipo Unix. Y sí, también hay versiones para Windows como CMD, PowerShell o WSH, pero en el mundo de la ciberseguridad, los más populares son Bash, Zsh, Ksh o Dash.
Lo interesante de los scripts de shell es que te permiten hacer un montón de cosas útiles con muy poco código. Desde escanear logs, hacer hardening de servidores, desplegar parches de seguridad, hasta automatizar auditorías o revisar permisos en tiempo real.
Si quieres meterte de lleno en el lado defensivo (o incluso ofensivo) de la seguridad informática, dominar Shell Scripting te va a dar muchísimo poder. Es directo, eficiente y prácticamente indispensable si trabajas en entornos Linux.
Assembly, o lenguaje ensamblador, es todo lo contrario a la comodidad de los lenguajes modernos: es de muy bajo nivel, cercano al lenguaje que entiende directamente el hardware. Pero eso también lo convierte en una herramienta clave para tareas muy específicas y potentes dentro de la ciberseguridad.
¿Para qué sirve? Bueno, si quieres hacer ingeniería inversa, analizar cómo funciona un malware desde dentro, o detectar rootkits y exploits a nivel profundo, Assembly es casi obligatorio. Te da un control total sobre el hardware y te permite ver el comportamiento real del software, algo que no consigues con otros lenguajes más "amigables".
Además, si te interesa crear herramientas personalizadas desde cero o trabajar en análisis forense digital, conocer Assembly te va a abrir muchas puertas… aunque, hay que decirlo, no es fácil ni rápido de aprender. Pero si te gusta entender cómo funcionan las cosas “a nivel máquina”, este lenguaje es un reto que vale la pena.
Dominar uno o varios lenguajes de programación es una habilidad indispensable para cualquier profesional de la ciberseguridad. Desde Python, ideal para scripting y análisis, hasta C++, fundamental para ingeniería inversa, cada lenguaje aporta capacidades únicas para proteger, auditar y mejorar la seguridad de los sistemas.
Ya sea que tu interés esté en el hacking ético, la seguridad web, o el análisis forense digital, elegir el lenguaje adecuado te permitirá avanzar más rápido y con una base sólida. La clave es comenzar con uno que se adapte a tu nivel actual y objetivos, e ir ampliando tus conocimientos con la práctica constante.