El ecosistema cerrado de Apple, conocido como su "jardín amurallado", ha sido durante años un símbolo de seguridad. Con un control estricto sobre la App Store, revisiones rigurosas y actualizaciones constantes, iOS ha logrado mantenerse como una de las plataformas móviles más seguras. Pero eso no significa que sea invulnerable.
A medida que avanzamos en 2025, las amenazas cibernéticas evolucionan, y los hackers (incluidos grupos patrocinados por gobiernos) siguen encontrando nuevas formas de atacar a los usuarios de iPhone. Exploits avanzados, ataques de clic cero y campañas de phishing cada vez más sofisticadas ponen en jaque la privacidad y seguridad de millones de personas.
Si bien iOS sigue siendo menos propenso a brotes masivos de malware que otras plataformas, confiarse demasiado puede ser un error. En este artículo, exploraremos las 10 amenazas más peligrosas que enfrentan los usuarios de iPhone en 2025, cómo funcionan estos ataques y, lo más importante, qué puedes hacer para mantener tu dispositivo y tu información personal a salvo.
Algunos ataques no necesitan que hagas nada para infectar tu iPhone. Los exploits de día cero aprovechan fallos de seguridad que Apple aún no conoce ni ha corregido, mientras que los ataques de clic cero pueden colarse en tu dispositivo sin que abras un enlace o descargues algo sospechoso. Son invisibles y extremadamente peligrosos.
Un ejemplo claro es Pegasus, un spyware que ha sido utilizado para espiar a periodistas y activistas, infiltrándose en iPhones a través de fallos en iMessage. Recientemente, Meta desmanteló otra operación similar con el spyware Graphite, que se propagaba por WhatsApp.
Lo preocupante de estos ataques es que pueden pasar desapercibidos hasta que Apple lanza una actualización para corregir la vulnerabilidad. En ese tiempo, los ciberdelincuentes pueden acceder a datos privados sin que la víctima lo sepa.
Muchos creen que si una app está en la App Store, entonces es 100% segura. Y aunque Apple tiene un proceso de revisión bastante estricto, algunas aplicaciones maliciosas logran colarse. Han existido casos de apps fraudulentas que han robado datos o ejecutado ataques antes de ser eliminadas.
El problema es que confiamos demasiado. Si una app tiene buena apariencia, miles de descargas y parece legítima, la instalamos sin pensarlo dos veces. Pero algunas pueden esconder código malicioso, rastrear tus actividades o pedir permisos innecesarios.
iMessage y FaceTime son dos de las herramientas más usadas en iPhone, pero su integración profunda con iOS también las convierte en objetivos atractivos para los ciberdelincuentes. Como procesan automáticamente imágenes, videos y otros archivos, cualquier fallo en su código puede ser una puerta de entrada para ataques.
Un simple mensaje con un archivo malicioso puede aprovechar una vulnerabilidad en la forma en que iMessage maneja imágenes o enlaces, comprometiendo el dispositivo sin que el usuario haga clic en nada. FaceTime también ha sido explotado en el pasado para espiar conversaciones o ejecutar código de forma remota.
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Aunque muchos creen que usar otro navegador en iPhone los hace más seguros, la realidad es que todos los navegadores en iOS (Chrome, Firefox, Edge) dependen de WebKit, el motor de renderizado de Apple. Si WebKit tiene una vulnerabilidad sin corregir, los atacantes pueden usar sitios web maliciosos o anuncios infectados para ejecutar código en el dispositivo.
Basta con visitar una página web comprometida o abrir una vista web dentro de una app para que el exploit haga su trabajo. Por eso, las fallas en WebKit pueden propagarse rápido y afectar a millones de usuarios al mismo tiempo.
Durante años, Apple ha mantenido un control estricto sobre qué aplicaciones pueden instalarse en iPhone, limitando las descargas a la App Store oficial. Esto ha sido una gran ventaja en términos de seguridad, ya que Apple revisa cada app antes de aprobarla. Pero con la presión regulatoria, especialmente en la Unión Europea, ahora los usuarios pueden descargar apps desde tiendas de terceros o directamente desde internet.
Apple sigue aplicando ciertos filtros de seguridad a estas aplicaciones externas, pero ya no con el mismo nivel de control que en su App Store. Esto significa que algunas apps podrían tener prácticas de privacidad dudosas, incluir código malicioso o simplemente no cumplir con los estándares de calidad de Apple.
Si bien la posibilidad de instalar apps fuera de la tienda oficial puede ser tentadora, también abre la puerta a nuevos riesgos.
Los hackers no siempre necesitan malware para robar tu información. A veces, lo único que hace falta es un mensaje convincente. El phishing y otros ataques de ingeniería social buscan engañarte para que entregues tus credenciales o descargues archivos maliciosos sin darte cuenta.
Un correo electrónico que parece de tu banco, un mensaje de WhatsApp de un "familiar" pidiendo ayuda o un aviso falso de Apple diciendo que tu cuenta ha sido bloqueada… todos estos son ejemplos de intentos de phishing. Y cada vez son más sofisticados: los atacantes personalizan sus mensajes con datos reales para que sean aún más creíbles.
No importa qué tan seguro sea tu iPhone, si caes en una estafa de phishing y entregas tu contraseña, los hackers podrán acceder a tus cuentas sin necesidad de vulnerabilidades técnicas.
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Si alguien te roba el iPhone, la seguridad de tu información dependerá de qué tan fuerte sea tu código de acceso. Un PIN débil como "1234" o "0000" es prácticamente una invitación abierta para que los ladrones accedan a tus datos.
El problema es que, si consiguen entrar al dispositivo, pueden cambiar la contraseña de tu Apple ID, desactivar "Buscar mi iPhone" y bloquearte por completo. Desde ahí, pueden acceder a tu correo, redes sociales, apps bancarias y cualquier otra cuenta vinculada a tu iPhone.
Y no solo se trata de proteger tu información personal. Muchas veces, los delincuentes usan los datos que encuentran para cometer fraudes, suplantar identidades o extorsionar a la víctima.
El stalkerware es un tipo de software espía diseñado para rastrear a una persona sin que lo sepa. A menudo se disfraza de apps de control parental o monitoreo de trabajadores, pero su propósito real es más siniestro: permitir que alguien vigile tu ubicación, lea tus mensajes, vea tus fotos e incluso registre lo que escribes.
Este tipo de spyware suele instalarse si alguien tiene acceso físico a tu iPhone por unos minutos o si te engañan para que instales un perfil de configuración sospechoso. Es una herramienta común en relaciones abusivas o casos de vigilancia ilegal.
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A veces, los ciberdelincuentes no atacan directamente a los usuarios, sino que infectan los servicios y herramientas que usamos a diario. Un ataque a la cadena de suministro ocurre cuando un hacker logra introducir código malicioso en un software confiable antes de que llegue a los usuarios.
Esto puede ocurrir si un desarrollador usa herramientas comprometidas (como SDKs infectados) o si un servicio de terceros que una app utiliza es atacado. Lo preocupante es que, como los ataques se ocultan en aplicaciones legítimas, pueden afectar a miles o millones de personas al mismo tiempo sin que nadie lo note hasta que sea demasiado tarde.
Tu cuenta de iCloud es la clave de todo en tu iPhone: fotos, contactos, mensajes, copias de seguridad y hasta la posibilidad de bloquear o borrar tu dispositivo. No es de extrañar que los hackers la tengan en la mira.
Muchas veces, no necesitan vulnerar el sistema de Apple para entrar en tu cuenta, sino que aprovechan filtraciones de datos previas o intentan engañarte con ataques de phishing. Si usas la misma contraseña en varios servicios y uno de ellos es hackeado, los ciberdelincuentes pueden probar esas credenciales en iCloud.
Si logran acceder a tu cuenta, pueden descargar una copia completa de tu información o, peor aún, bloquearte de tus propios dispositivos.
Aunque iOS sigue siendo una de las plataformas móviles más seguras, ningún sistema es completamente invulnerable. Para reducir los riesgos, lo mejor es adoptar un enfoque proactivo en tu seguridad digital.
Al final del día, la mejor defensa es la información. Cuanto más sepas sobre cómo operan los ciberdelincuentes, mejor preparado estarás para evitar caer en sus trampas.